domingo, 19 de junio de 2022

Sonia

 Siempre me cuesta escribir sobre ti, porque tengo demasiadas cosas que decirte y la mayoría quiero que se queden para nosotras.

Ahora, más que nunca, quiero darte las gracias por ser mi 112, mi llamada de emergencia, mi salvavidas, mi amiga, mi familia. Decirte que no lo estoy pasando nada bien, bueno, es darte información que ya conoces... Pero que lloro como un bebé con tus últimos mensajes, ¡eso no lo sabías, eh!

Insisto en que no son las hormonas. Insisto en que me siento en tierra de nadie. En la sensación de estar ahogándome (a veces, literal) y que nadie puede salvarme. Se me presenta un futuro muy incierto. Los cambios no los llevo bien. Me siento pequeña, sola, triste, hundida, temerosa, cansada. 

Me conoces bien. Creo que eres la que mejor me conoce, y aún así, me quieres igual Soy de salir, de beberme la vida, de conocer cosas, de crecer, de ambiciones, de estudiar, de ser más y más grande, de mis amigos, soy muy de mi vida, y ahora no... Los momento malos, se amontonan, las malas noticias también, las inseguridades y esta vez no logro ver la luz. Tú dices que siempre he salido adelante, y sola. Tienes más confianza en mí que yo misma, y es que me he perdido entre tantas cosas malas. Ha ido sobreviviendo, y sobrevivir no es vivir. He ido malviviendo durante muchísimos años. Y la vida, a veces, deja de merecer la pena.

Sé que no te gusta verme así, a mí tampoco, créeme. Pero ahora mismo no consigo ver nada claro. La gente se pierde y se encuentra, pero yo he dejado de buscarme. Estoy cansada. Mucho.

Por eso, te escribo. Quiero que sepas que eres de las mejores personas que conozco. Por estar siempre ahí, y nunca, jamás, juzgarme. Nunca ha habido un insulto contra mí. Nunca una desconfianza. Todo lo que he recibido, y a día de hoy, recibo de ti, es bueno. Me has dicho las cosas de manera clara, me has dejado hablar y tú me has hecho ver, con tu forma de ser, que la solución siempre es pensar con la cabeza y no con el corazón. Pero mi cabeza me abandonó y mi corazón se rompió. No queda nada de lo que era.

El mensaje más bonito que he recibido es de el de "hagas lo que hagas, yo estaré contigo apoyándote". Creo que es el mensaje que todos esperamos de alguien: de un amigo, de tu pareja, de tu familia. Y lo más curioso es que son palabras, que suelen decir que se las lleva el viento, pero contigo no. Incluso, a través de una pantalla de móvil, me las haces llegar muy cerca. Y algo te reconforta. Pero es que me siento una carga para todos. De verdad que sí. No sé cómo saldré de esta, pero estaré siempre agradecida de tenerte a mi lado. Es el mayor regalo que se puede tener, gente que te quiere tan cerca. 

Y yo a ti te quiero millones.



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