viernes, 19 de julio de 2013

Demasiadas preguntas para un final

¿Hasta dónde somos capaces de llegar? ¿Cuál es nuestro límite? ¿Dónde se encuentra ese "ya no puedo más"? ¿Tenemos que soportar todo lo que venga? ¿Cómo soportas la falta de respeto, los continuos insultos, las humillaciones, la vejaciones de aquellas personas que por ley de vida deberían ser tus manos, tus pies, tu guía, en resumen, tu gran apoyo? ¿Cómo puedes continuar en esta vida, sino tienes absolutamente nada a lo que agarrarte, cuando ya todo te ha dejado de importar? ¿Los amigos? No puedes amargarles su vida, porque ellos tienen su vida. ¿Familia? Es más de lo mismo, cada uno tiene su vida. ¿Y a quién o qué te agarras cuando pierdes absolutamente todo? Es entonces, cuando caes a un precipicio hondo, oscuro, en el que sientes una caída libre como si fuera un sueño, pero sabes que de esta no te despertarás. Que seguirás cayendo, y es ahí donde comienzan todas las preguntas anteriores... ¿hasta cuando una persona puede aguantar esa inseguridad, ese salto al vacío?
Pues pensando, existe la posibilidad de que cierres los ojos y esperes el golpe, también que te acostumbre a la situación de vacío en tu vida, o incluso que estés deseoso de que llegue de una vez el final.


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