Por fin encuentro un momento en el que sentarme y poder escribir algo... Y es que entre las grandes tormentas, cualquier puerto siempre es bueno, aunque sea el puerto al que siempre te negaste a entrar.
Cuando estás sola o te sientes sola, cualquiera es bueno para sacarte de esa soledad, cualquiera es bueno para pedir ayuda. Y normalmente aparece quien menos te lo esperas... llega y te sorprende. Desde ese día te mueres por viajar siempre hacia ese puerto tan desconocido hasta entonces.
Comparaciones totalmente paralelas, pensarlo. Puede que la apariencia, la edad, el sexo, las situaciones, entornos, familia, en fin, un millón de cosas, nos hayan impedido encontrar a la verdadera personalidad de alguien.
En estos días ha pasado, y ha surgido que tanto el barco como el puerto se han dado cuenta que se necesitan mutuamente, que se entienden, y lo más importante... que uno sin él otro no pueden sobrevivir. Sí, hay muchos barcos, hay muchos puertos, y cada día es un mundo desconocido... pero todos sabemos que hay días que quedan grabados en la memoria, y también sabemos que hay personas que quedan grabadas en el corazón.
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