miércoles, 24 de julio de 2013

CAPÍTULO 2

RECUERDOS DEL PRESENTE

CAPÍTULO 2

Con el tiempo y con los años, Cris se convirtió en un recuerdo, algo doloroso que cada vez que volvía a mi mente dejaba un amargo sabor de boca. Y Noe y yo, tomamos caminos distintos, tanto que pasamos de apenas vernos a no vernos, las llamadas fueron cesando. Cada vez pasaba más tiempo entre llamada y llamada. Pero como alguien dijo una vez “las cosas cambian”.
Y ahora las cosas han cambiado, tengo 29 años, saqué mi módulo, y construí mi empresa, por desgracia, en España las cosas no estaban bien económicamente y decidí irme a Londres, a ese lugar donde ya estuve una vez y que tan buenos recuerdos guardaba de ese país. Aquí todo me va de maravilla. No me puedo quejar de nada. Trabajo mucho y el llevar traje siempre hace que no suela dormir solo. A las chicas, sé que les atrae el traje y los uniformes. Además poseo un encanto nato y una nueva filosofía que aprendí hace más de diez años, pensar en mí. Esta filosofía hace que no me haya vuelto a enamorar de nadie. Sin embargo aún recuerdo ese día, el día que me dejó Cris, contaba con diez y ocho años, aunque ya procuro no pensar en ella. Dicen que el tiempo cura las heridas.
Los amigos se pierden, ya no queda nadie del barrio en mi presente, todos se convirtieron en recuerdos, en personas que en su momento te aportaron algo, pero que pasaron al pasado, que a veces, como ya digo vagan por mi mente, y es inevitable. Me despertó de esta reflexión el teléfono de mi despacho.
- Hello?
Nuevos clientes que no paran de llamar, ya casi no puedo ni viajar a España a ver a mis padres. Las pasadas navidades, las pasé aquí entre amigos, ya que no pude coger mi avión a tiempo por culpa del trabajo, pero he de decir que tengo un precioso apartamento de soltero, que me costó mucho comprarlo y decorarlo al estilo moderno, y el mejor coche de la actualidad. Yo, que siempre he sido amante de los coches, ahora puedo permitirme tener un auténtico deportivo. Las llamadas se amontonan, ahora suena el móvil, lo dejo sonar, la chica de anoche, seguramente llame para repetir, pero norma número uno, no repetir con la misma chica, sino se enamoran, y te quitan esa libertad que te da el no estar atado a alguien. Esa libertad que tanto me costó apreciar, y que ahora prácticamente no renunciaría por nada del mundo.
Ahora el que suena es mi móvil.
- ¿Qué hay Nelson?... sí…un local nuevo… ¿en dónde?... ajá… vale… espérame a las 9, que paso por tu casa y nos vamos… ajá… ok…
Se avecina de nuevo una larga noche de fiesta. Mi cuerpo sigue aguantando tanta fiesta como cuando tenía veinte años, además creo que perdí mucho tiempo de mi juventud. Casi cinco años guardando una fidelidad a alguien, es mucho tiempo, y ahora tengo que recuperarlo.

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