jueves, 17 de octubre de 2013

Don Juan Demarco

Toda mujer es un misterio por resolver, pero ninguna mujer le oculta nada a un amor verdadero. El color de su piel nos indica como debemos proceder, si posee el tono de una rosa en primavera, suave y pálida, hay que acariciarla para que abra sus pétalos con el ardor del sol. Y la piel pálida y pecosa de una pelirroja, evoca la lujuria de una ola que rompe en la playa. Removiendo lo que yace debajo y haciendo emerger el espumoso deleite del amor. Aunque ninguna metáfora describe con justicia el hecho de hacer el amor con una mujer, la analogía más próxima sería la de tocar un instrumento musical poco común. Me pregunto si un violín estradivarius siente el arrebato del violinista cuando éste extrae una sola nota perfecta de su corazón.


En la vida sólo hay cuatro cuestiones importantes: que es sagrado, de que está hecho el espíritu, para que vale la pena vivir y para que vale la pena morir... sólo existe una respuesta: el amor.


Hay personas que no creen que una sola alma nacida en el cielo pueda dividirse en dos espíritus gemelos, y precipitarse como estrellas fugaces sobre la Tierra, por encima de océanos y continentes, donde sus fuerzas magnéticas acabarán uniéndose de nuevo en un solo ser... ¿de qué otra forma se puede explicar un flechazo?.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.