Me fui sonriendo porque volviste, porque cuando no estabas era invisible, insensible. Te llamé cada día, en silencio, mirando las sombras, buscando la tuya. Sí, volviste, volviste a tenerme, a quererme, a soñárme. Volvimos a reír juntos, a despertarnos con la misma luz, volvimos a ser felices. Y, lo confieso, me fui sonriendo porque, contigo, también volví yo.
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