domingo, 31 de mayo de 2015

El hotel

No teníamos dinero para el hotel pero decidimos que esa noche había que vivirla a lo grande, sabiendo que hay noches que nunca vuelven. Nos fuimos al mejor hotel de la Gran Vía de Madrid y encargamos 4 benjamines de champán y fruta. Hicimos el amor como siempre, es decir, como nunca. Ella era única. Sus besos tenían algo de alas de pluma. Ella era de algodón, una ducha a pleno sol. Era necesaria. Por la mañana bajamos sin hacer ruido. Esperamos a que en el lobby hubiera mucho tráfico para salir corriendo. Me acuerdo de la policía viniendo a mi casa meses después exigiendo que pagáramos el hotel. Mi compañero de piso lo hizo con gusto. Ha pasado tiempo, concretamente 30 años desde aquella noche en que tú tenías 30 y yo 31 y sigues a mi lado. Aun te veo pasar por la casa flotando de una habitación a otra, oyendo tu respiración por la noche y aunque como dije, hay noches que nunca vuelven, te amo tanto que me parece que nunca llegamos a salir del hotel.

Marwan


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