domingo, 13 de mayo de 2018

Ya es domingo

De nuevo un mensaje tuyo. Inesperado, pues me había propuesto quedarme este fin de semana en casa. Pero no puedo decir que no a una cena realizada por ti en la cual tengo que escarbar en el plato para encontrar algo de comida que me guste. Pero así somos nosotros. No pretendemos sorprendernos, ni gustarnos, ni enamorarnos. Eso se lo dejamos a otros. 

Compartir cada momento de la noche contigo bajo las tormentas de primavera es especial por el mismo motivo. No tenemos ninguna intención más allá de esta noche. Sólo estamos tú y yo. Y el silencio roto por nuestras respiraciones agitadas. No nos entienden, ¿qué más da? No necesitamos nada de nadie, es más, no sobra el mundo que gira alrededor de nosotros. Hacemos magia, creamos momentos, nace un vínculo mucho más fuerte que el amor y la pasión, es una conexión que nadie entiende, ni siquiera nosotros, la que hace que también me llames el sábado. 

Pero hoy es domingo. Hoy continúan nuestras vidas paralelas destinadas a no enredarse en las sábanas por la noche. Aún así, espero tu llamada para vernos a escondidas, seguir escribiendo esta historia solos tú y yo, sin apuntadores, sin guionistas, sin más actores. Nos gusta equivocarnos, discutir, no estar de acuerdo es nuestra mejor batalla en la cama.

Quizás seamos raros, pero ser normal está sobrevalorado. Quizás despertemos envidias o nos llamen enfermos, pero nada de eso importa cuando estamos esperando el siguiente asalto. Solo nosotros nos entendemos con una mirada, con una canción, con un baile que acaba en la cama, en el sillón o en el suelo. Cualquier lugar es bueno, cualquier momento, cualquier cena... Si aún te quedas.

Patricia Izquierdo


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