viernes, 29 de marzo de 2019

Y me fui

Me hicieron daño, y me fui.
Aun con no sé cuántas dudas, con heridas por el cuerpo y con lágrimas en los ojos. Con un montón de recuerdos debajo del brazo, pero con muchos más momentos bonitos por vivir.
Me fui porque rendirse es de cobardes, pero irse a tiempo es de valientes. Y hay que ser buena, pero no tonta. Saber cuándo irse es lo más complicado. Tomar una decisión a veces nos parece que hará más daño que bien, pero hay que saber que después de una bala, pueden venir dos. Y que tenemos que sobrevivir y ponernos a salvo.

Por eso me fui.
Porque no supe por qué me hicieron daño, porque di lo mejor de mí y aun así me fallaron, porque me dejaron vacía, sin nada. Bueno, sin nada no. Me dejaron con un montón de dudas, inseguridades, miedos y no sé qué más.
Y probablemente haya cosas que jamás se puedan olvidar, recuerdos que siempre permanecerán en nuestra memoria y personas en nuestro corazón. Pero hay que seguir, aunque dejes cosas a un lado. Con la conciencia tranquila de haberlo hecho bien y con la fuerza suficiente para seguir dando lo mejor de uno mismo.


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