¿Qué es triunfar? ¿Tener dinero? ¿Tener una familia noble? ¿Tener todo por lo que no sientes ni el más mínimo cariño? No, eso no es triunfar. Triunfar es desear, soñar y que se haga realidad. Desear aprobar y aprobar, desearte y tenerte, soñar con que vuelvo a vivir, superar este bache y conseguirlo. Triunfar es encontrar en las pequeñas cosas la felicidad.
martes, 22 de febrero de 2022
No lo permitas
"No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos".
"Te necesito"
Me canso de escuchar eso de "te necesito" porque no, yo no le necesito, yo le quiero conmigo y le elijo. De hecho, le elijo a cada momento de la manera más consciente y madura que he vivido jamás. Le elijo como una parte del engranaje de mi vida que si en algún momento me suelta, me guste o no, seguirá funcionando.
lunes, 21 de febrero de 2022
Lo más inteligente que puedes hacer en la vida
Me preguntaba el otro día una persona: "¿Qué es lo más inteligente que se puede hacer en esta vida?" y dije, "joder, vaya pregunta...".
Y decía uno que lo más inteligente que se puede hacer en esta vida es: marcharse a tiempo.
Y estoy de acuerdo porque no hay nada más inteligente que es marcharse a tiempo de lo que sea. De un matrimonio que hace aguas, de un amor que se acaba, de una fiesta que empieza a ponerse penosa, de una adicción que nos esclaviza, de un trabajo que nos desespera...
Marcharse a tiempo de cualquier lugar, persona o cosa que nos amarga, que nos corta las alas y que no nos deja vivir es lo más inteligente que se puede hacer con una excepción, diría yo... No tengo claro que haya que marcharse a tiempo de la vida, porque la vida a veces nos sorprende con un as en la manga cuando ya no esperamos nada de ella. Así que de la vida mejor que nos echen a empujones, no vaya a ser que cuando creas que no aguantas más... te espere lo mejor.
Hay quien piensa que lo más inteligente que se puede hacer en la vida es ganar dinero, conquistar el poder o dejar huella de nuestro paso por aquí. ¡Qué no lo sé! Sé que es adictivo pero no estoy muy seguro de si es lo más inteligente porque la gente que conozco que posee estas cosas está siempre preocupada.
También hay quien dice que lo más inteligente que se puede hacer en la vida es escuchar... ¡Qué esto tiene tela! Porque la mayoría de nosotros no sabemos escuchar. Cuando el otro está hablando, hay un momento que dice una palabra y lo que hacemos es bajarle el volumen y pensar que es lo que vamos a decir nosotros a continuación. Pero eso no es escuchar. Escuchar es no poner ningún pensamiento en tu mente cuando habla el otro. Lo que pasa es que eso es peligroso, porque podría hacernos cambiar de opinión y eso sería aterrador para nuestro ego.
Pau Danés, unos días antes de morir le dijo a Évole, que lo más inteligente que se podía hacer en la vida era no preocuparse tanto, que dicho por él, en el momento que lo dijo, tiene un valor muy especial. Si lo piensas... Cuántas cosas de las que te preocupaban la semana pasada no han sucedido... La preocupación nunca cura nada, pero te roba la vida.
Así que yo creo, que ya que estamos aquí y que no sabemos por qué ni para qué, lo más inteligente que se puede hacer en la vida dada su fragilidad, es tomarse todo menos en serio, abandonar la necesidad de tener que impresionar a los demás, no huir de nada, sobre todo de ti mismo, y disfrutar de la experiencia de la vida incluso en las desgracias. No hay día, sea el que sea, que no merezca ser vivido.
Pablo Motos
Brújula del tiempo
Sí, ni máquina, ni coche, ni nada. ¡Una brújula! Eso es lo que tuve el día que hablé contigo. Una brújula que me indicaba el norte de mi futuro. Mi giro de 180 grados que tanto había rogado, que tanto había pedido al cielo. El cielo, ese lugar al que miramos como último recurso.
Pasamos de lo peor a lo menos malo. Volví a confiar, a encontrar un amigo, alguien con quien podía halar durante horas y combatíamos el insomnio. Con el que no había madrugones ni horas en el reloj. Eres la magia que buscaba en mi vida, mi norte, mi camino correcto. Y eso se siente cuando echas un vistazo al pasado. Porque el día a día siempre es duro. Y el futuro, a veces, es mejor ni mirarlo.
Esta mañana cuando desayunamos juntos, miré a ese pasado, a ese cachito de historia que nos unió. Y ya no solo hablo de mí. Has traído un Cuquito a la vida de mis padres, a los que se les cae la baba con él y todo es poco. El Cuquito que solo trae alegría y ganas de vivir, de seguir creciendo, aunque pases los sesenta años.
Después vino Maya. Todo parecía que iba a ir mal cuando lo anunciamos, y nada más lejos de la realidad. Ayer, en casa, cuando éramos tropecientos, vi lo que has hecho, vi los resultados de esa magia de la que hablo, de ese norte tan buscado, de la buena decisión que tomé al decirte que "Sí" a una vida entera, a una historia.
Ayer, junto con mis tías, que te adoran, mi tío que quiere aún más y te busca en todo momento. Mis primos, mi hermano, mis padres, Cuquito y Maya, sentí que tenía la mejor familia del mundo entero. ¡Ah! Y mis tíos por videollamada, porque si éramos pocos... Se puede decir que hemos tenido la fiesta de presentación de mi Maya. Compartimos la tarde, charla, chetos y patatas. Compartimos esos trocitos de vida que siempre se quedan en el corazón y en el recuerdo. Y es que tú, me lo haces demasiado fácil.
Nuestra casa comienza a ser punto de encuentro de amigos y familia. De amigos, que eran míos y que te quieren tanto como a mí, de familia que has pasado a ser el "sobrino preferido", del Cuquito pasando de brazos en brazos y a Maya todo el mundo sobándola el lomo y dándola de comer.
Si esto no es un cuento de hadas, ¿decirme qué es? Cuando echo la vista atrás, no puedo evitar guiñarle un ojo a esa brújula que tantas veces me tiene perdida pero que sin yo saberlo sigue funcionando. Sigue indicando el camino de la felicidad.
Necesitaba una tarde así, con los míos. Contigo. Con todos. Te necesitaba a ti incluso antes de conocerte y quiero seguir eligiéndote cada día, incluso en la rutina, en los días grises, negros y blancos. Quiero seguir despertando a tu lado mientras te quejas de lo cansado que estás. Teniendo esas conversaciones que tanto me cuestan, pero que nos hacen mejores. Que el teclado es fácil, las letras salen solas, pero que me saques de mi zona de confort y me ayudes a crecer creo que es el mayor acto de amor que se puede hacer. Que me empujes a lo desconocido, a mis miedos sin dejarme sola, que estés a mi lado guiándome, haciéndome tan feliz como me haces... Quiero seguir esa brújula tanto tiempo como latidos del corazón tenga.
Quiero que sigas siendo mi mago favorito, el pintor de mis días marrones, el lector compulsivo de mi blog, el cocinero de mis tortillas favoritas y el componente más importante de mi familia. Quiero seguir diciéndote "Sí, quiero" cada día. Porque venimos a vivir y eso es lo que tú me das... Vida.
sábado, 19 de febrero de 2022
La chica poesía II
La poesía es un homicidio en grado de tentativa.
Maria Part
La chica Poesía me ama. Y me jode, me jode muchísimo que se corte las venas por mí. Ella misma sueña, que cada noche me corto la yugular por sus letras, que me suicido por cada párrafo lleno de versos, que mil poemas van a la basura cuando no son para ella. La chica poesía sueña. Que me pego, que me pego un tiro en la nuca mientras la beso por su: Aguda espalda, llana cadera, esdrújula entrepierna y sobreesdrújula lengua. La chica poesía sabe, que ella tiene frío y yo Poesía. Que soy capaz de quitarle el invierno, que conlleva cada una de sus letras, esas que solo me producen escalofríos.
La chica poesía sabe, que esos segundos que son sucesivos a leerla entera, son pura metáfora, mientras me ahoga a gemidos, mientras me baña en la sangre de la peor muerte súbita. Que es la de follar sin sexo pero con el mejor orgasmo, entre sus letras. La chica Poesía es jodidamente fiel a cada amante que le escondo, a cada poema en que no muero por ella, a cada verso que doy a otras. En definitiva, que la chica Poesía me mata cada noche cuando dejo los poemas sobre la mesita.
El silencio
Silencios fuera de contexto, de bocas impropias y amores eternos...
Sonia Pérez
Lo sé, que ese silencio jode, pero que tú tanto lo necesitas. Lo sé, Pero, ¡joder! Sé que no puedo estar callado, no puedo hablar de amor si no estás tú de por medio. Sé que el silencio sirve para escribir la mejor canción cortavenas, que su dolor es capaz de recrear la esencia de la palabra fin, de lo que fue un pentagrama del mejor amor posible. Dime que no, que ya no te ponen a cien los versos que te doy, que ya no te excitas en cada poema que finjo acostarme con otras, que no seas tú. Dime que el silencio, dime que el silencio es capaz de gritar más que nunca. Que me quieres, que me odias, o yo que sé, pero dime que el silencio es más eficaz que el olvido, para poder amerizar un te quiero.
Mamá
"Cáncer". Esa palabra que no me asustaba, esa palabra que tantas veces hemos usado en mi familia. La tomé como una palabra más de nuestro día a día... Hasta hoy, hasta que la palabra se ha hecho una realidad. Hasta que he sentido miedo, como cuando escuchas unos pasos de un extraño tras de ti en un callejón en plena noche. Te late el corazón, de repente va a mil por hora y te duele el pecho porque parece que él va a ser el único que se escape de esta situación que vives.
Tienes miedo porque sabes cómo va el tema, lo conoces de sobra y ese es un gran problema, que me encantaría vivir en la ignorancia y... que todos somos conscientes de la realidad, conocedoras de nuestra historia... y de sus finales.
Lo que era una prueba más, rudimentaria, lo que era algo que solemos hacer y que nunca pasa nada, ha sido una bofetada sin mano.
La relación con mi madre no es la más adecuada, no es la mejor, de ello he hablado mucho en el blog siempre sin entrar en muchos detalles. Pero no deja de ser mi madre. Sabíamos que había una pequeña posibilidad muy remota y lo dejamos a un lado, no volvimos a tocar el tema. Hasta ayer...
No sé que nos deparará el futuro, no sé en que se quedará esto. No sabemos nada hasta mayo, pero creo que todos tenemos un límite de frentes abiertos, y un límite en paciencia, en optimismo y en fuerzas. No me queda otra que dejarme llevar por el tiempo y que sea él quien decida, que sea el que tiene la fuerza de llevarnos a un lado o a otro, un final u otro.
Ahora mismo, necesito tiempo, más tiempo, no sé realidad para qué, pera la vida pasa fugaz y nos detenemos demasiadas veces a coger impulsos que no sirven de nada. Ser fuerte no sirve de nada, si la vida te quiere tocando fondo, lo hará. Ante la vida no tienes ni herramientas, ni opiniones ni nada que hacer. Ni siquiera palabras para describir lo que siento...
Sábados
Sábado.
Miro por la ventana y veo que hace un día un poco nubladete. La casa se me llenará en una o dos horas de gente. Cena familiar y Javi trabajando. Echo de menos ir a trabajar, aunque incluso ahora, en el que todos los días me parecen iguales, los sábados me siguen pareciendo un desastre, y me he acordado de una compañera del cole de Griñón. A ella tampoco le gustaban los fin de semana. Pero la vida, a mí me apartó de mi zona de confort, de lo que ya tenía por costumbre. Y si no quieres una taza, toma dos.
La vida es una hija de puta a veces, pero ella misma nos hace crecer. Si te apotronas en esa zona te quedarás ahí, atascado, arruinado, estancado, siendo el que eres por muchos más años, ¡y qué pena! Me siento algo optimista hoy. A pesar de los baches y las malas rachas que ya han dejado de ser rachas y se han convertido más en una forma de vida, pero siento que voy creciendo de una manera u otra, pero avanzando. Lo que no tengo claro es hacia donde, pero he dejado de lamerme las heridas y me está dando igual mis ojeras, mi aspecto. Solo me importa que cada día cuente, porque al final somos eso, momentos vividos.
miércoles, 16 de febrero de 2022
Un día en el médico, o dos... O tres.
Escribo y borro, escribo y borro... Si estuvierais leyéndome en el WhatsApp, pondría: "Escribiendo..." todo el rato.
He dudado si comentar esto, he dudado si hacerlo público, pero al fin y al cabo, no me conocéis. Solo escribo lo que quiero escribir.
Llevo unos días desconectada por temas médicos. Sigo con el reumatólogo, neurólogo, etc. Mi última consulta fue la del neurólogo, y fui a Móstoles ya que me lo aconsejaron por ser uno de los mejores. Me hicieron mil pruebas en un momento en la misma consulta. No hay sensibilidad ni en manos ni en un pie... En mi famoso pie. ¡Hago un inciso antes de seguir! Esto es para todas las personas que en algún momento dudaron de mi baja del pie hace unos meses, ojalá hubieseis tenido razón y hubiese sido un cuento, pedazos de gilipollas.
Ahora sí, sigo. Me volverán a repetir las mismas pruebas de la mutua porque me dijo textualmente la doctora: "Es mejor repetirlas porque esas pruebas siempre salen a su favor, nunca dan los resultados reales", y le preocupó más mis migrañas constantes. Tras leer mis informes (antiguos), me ha quitado los antidepresivos que tomaba que, no me quitaban las migrañas, pero sí que me hacían dormir estupendamente. Me ha dado la vuelta a toda la medicación, además de recetarme unas inyecciones que me pondrán en la cabeza. Tengo también contracturas en las mandíbulas, en la zona de las orejas, los dientes apretados y una tensión que se palpa en todo mi cuerpo dejando inmóvil muchas zonas y por supuesto, doloridas.
Me sorprendió que Neurología estuviera al lado de Psicología y Psiquiatría, además, ponía un cartel de Hospital de Psiquiatría de día. No sé, me sentí incómoda. La neuróloga, insisto, releyendo informes pasados, me aconsejó volver a terapias, en las cuales no creo. Para aprender a manejar situaciones que se me escapan de las manos y que mi cuerpo se resiente. Le dije que mi experiencia con los psicólogos no era buena, es más, he pasado por tres y ninguno dio la talla en mi opinión. Lo que he aprendido, ha sido fruto de mi esfuerzo. Posiblemente con ellos hubiera tardado menos tiempo en aprender cosas o me hubieran guiado mejor, pero no fue el caso.
Con ella fui sincera. La vida no me gusta. Mi vida se basa en luchar contra todo y todos. Y sí, me sé las teorías. Cambia lo que haces para que el resultado sea distinto. Pero, hay cosas que no dependen de mí. Ojalá pudiera manejar todos los hilos de mi vida, pero no... No podemos abarcar todo. Y hay temporadas que tampoco podemos con todo. No es culpa de nadie, es que un soldado también se cansa de luchar en varias guerras a la vez, se cansa de no ganar nunca, se cansa de que nada salga a la primera.
Otro de los temas estrella fue la alimentación. Ahí no fui tan sincera. Soy celiaca desde hace muy poco y ya. Me preguntó por el ejercicio excesivo que hago, las cuatro horas que ahora son dos y las restricciones y dietas que yo misma me hago y me exijo. Poco más para saber que hay temas que me crean ansiedad, preocupación y desvelos por la noche.
Me preguntó por mi relación con mi marido, amigos, familia, etc., etc... Ahí no me costó hablar, incluso nombré este blog. Pero se dio cuenta de que mi vida no son las fotos que publico en Instagram por ejemplo, que detrás de cada una de estas letras hay mucho dolor y que mi blog es el que me permite llevar muchas cosas de mi vida. Se percató de que no vivo sino sobrevivo. Y de que parece que hablo mucho y me expreso genial, pero que si me miras, en mis ojos solo hay puntos suspensivos queriendo gritar la verdad de lo que me causa migraña cada día, de lo que me provoca insomnio cada noche.
Me miró y suspiró acomodándose en su sillón y me dijo: "Patricia, eres muy joven para encontrarte así". Mientras yo pensaba en responderla, "si tú supieras". Porque en la actualidad, me encuentro muy tranquila, de verdad que sí, que después de todo lo que llevo pasado, ahora es el momento más estable que he vivido. Era una chica que tendría mi edad, o un par de años más. "Te voy a dar mi correo electrónico. Escríbeme si necesitas algo, si ves que el tratamiento no se ajusta me lo dices... Y si necesitas cualquier otra cosa, por favor, estamos para ayudarte".
Salí de allí, como cuando sales de terapia, tocada y un poco hundida y corriendo porque en la puerta me esperaba Maya llorando junto a mi padre. Me relajé al verlos, hice lo que hago siempre, corrí el tupido velo, y fingí que allí no había pasado nada, que el microclima que se creó en un momento jamás existió. Y que mis migrañas simplemente son una herencia genética.
Por las noches, cuando Javi duerme y Maya también, nadie se engaña. Nadie. Y ya son muchos años conociendo a médicos que te hacen ese tipo de preguntas. Soy la única que también sabe qué sale en esos informes. Y una noche más, tenía algo en lo que pensar en vez de dormir... Una vez más, pensé en que algo, alguien, lo que sea que exista, me dé una señal para dar un giro a mi vida, para que me indique la dirección que he de seguir para no quedarme estancada en esto, en insomnio, migrañas y ansiedad.
Si alguien quiere hacerme entender qué es la ansiedad y pedirme empatía, conozco muy bien ambos términos, y uno de ellos jamás se da. Jamás. La ansiedad es una lucha en la que te pueden apoyar los demás, pero que debes librar sola porque está únicamente en tu mente. Tus miedos, tus frustraciones son tuyas y aprendí que si las llevas en silencio guardadas en una mochila, no afectan a nadie, pues... tienes y debes convivir con gente que no debe sufrir tus mierdas. Eso es así, sino acabarás amargando la vida a alguien más que ya lleva sus cosas también, y nadie tiene la obligación de aguantar ciertas cosas por mucho que te quieras, es más, si tú le quieres a él o a ella, da igual, harás lo necesario por evitarle todos tus demonios. Con que sepa que los llevas contigo es suficiente. Y con que sepa que hay días que esos demonios te consumen viva también, él o ella solo debe apoyarte, ni siquiera comprenderte. En mi caso, la gente no entiende mi guerra con la comida, y no pido que lo entiendan, es más, es MI guerra, de nadie más. Lo único que pido es que no me obliguen a comer lo que no quiero, ya está, es sencillo. Es la única empatía que se pide y es la única que se debe dar. Pretender que alguien te meta en una urna de cristal solo porque pareces frágil. ¡Ojo! Pareces, no es necesario.
Así que aquí lo dejo. Esta súper entrada que tardé en escribirla tres días porque no encontraba las palabras, de hecho, si la releo creo que podría ser más clara, menos explícita, más metafórica, pero esto es lo que ha salido... Es una parte de mí, es una gran parte de mí y siento que debía expresarla como mejor sé, dándole al teclado.
Desconexión total
No desperdiciéis los besos, tienen alas, y las saben usar.
Alex Gomez
Desconexión total, llamadas perdidas, buzón de voz apagado, whatsapp mutilado. Silencio, más silencio, sin nada que atender. Móvil olvidado por placer, encima la mesita de noche, hace el amor con el reloj digital y nosotros libres como antes.
Lorca
Menos abrigos y más sentimientos a flor de piel.
Aida Davinia
Lírica. Orgasmos de poesía. Roces de manos de un mismo sexo. Cuidados versos directos al corazón. Altar de un poeta más vivo que muerto.
Funeral de letras
Y él subió hasta la cima de aquella montaña llamada nostalgia, cogió la urna donde estaba incinerada el amor y dejó escapar toda la ceniza.
@LopezZara
El próximo funeral al que asista, será al de tus letras. Sabes que en el cielo, no caben los algoritmos de tus piernas, ni de tus rimas, ni miradas, ni risas, ni nada que aporte sexo a los ángeles. Será duro enterrar cada sentimiento en el lugar oportuno. ¿Qué si el querer? Lo enterraré en una hoja triste. ¿Qué si el amor? En un infierno con otra. ¿Qué si la tristeza? En un crucigrama entre pecho y pluma. Y ni me preguntes en que tumba descansará tu Invierno sin poesía, sabes que las oportunidades se pierden a un palmo de un ombligo, sin llegar a tener más sexo que cuatro letras y un desliz en forma de poema. Sé que estoy siendo cruel, que ahora eres tan ángel como el Infierno, tan diablo como alas al viento.
¡Y sí!, enterraré dudas, letras, poemas, versos. ¿Y yo? Dentro de una caja. ¿Y tú? Tan feliz con otro, como siempre quise verte feliz, conmigo o sin mí.
Incapaz de escribir un poema
Incapaz de no soñar tu piel junto a mí.
Gemma Masferrer Gallar
Incapaz de escribir un poema. Pero joder, que eres musa, que eres luna, que eres Cenicienta. ¿Qué te fui infiel? ¡Lo sé! Lo fui con cada una de las letras que me transportaban a tu ser, con cada canción en las que Fran Fernández me llevaba a ti. En las que me descubría cada estación que llevas dentro. Que tu eres frío y yo poesía. Pero yo seguí buscando la belleza, en cada invierno sin tu poesía, en cada otoño sin tus versos, en cada verano sin una canción de autor. En cada primavera, sin ti.
Busqué la belleza, cuando eras: Granada sin Alhambra, Madrid sin gran vía, Sevilla sin la Giralda, o Mallorca sin poemas con aroma a sal. Cuanto estaba allí buscándote y versándote. Busqué tu belleza al saber que una historia de amor nunca termina. Que solo continúa.
Toca por primera vez
Quédate solo con quien sientas que te puede besar aún desde la otra punta del mundo.
@Bordelicado
Sé que nos pudimos tocar por primera vez. Que nos tocamos por primera vez, para ser más exactos. Tus dedos me rozaron sigilosamente. Sé, que hasta tu ventana, al abrir el sobre, se desprendió un aroma a sal. Que por unos segundos el kilómetro 0 y el mar estaban tan cerca. Como siempre deseé, que tu mano acarició lo que un día la mía, ese poemario. Donde tu corazón se esconde en algún poema, sí, tu corazón, eso que late en cada canción que lleva tu nombre. Ese que en cada poema te nombra, te piensa, te quiere, sin más. Sé que un día me tocaste. En la distancia y yo, feliz. Simplemente por sentir tu mano sobre un trocito de mí.
domingo, 13 de febrero de 2022
Cuenta una leyenda
Era quererte con los ojos era amarte sin mirar.
La chica Metafora.
Cuenta una leyenda que un día Cenicienta se convirtió en luna. En uno de esos días en que Manuel Blanca volvía a cortarse las venas en gran vía. Parecía algo bipolar y a la vez, algo tan real, como irreal. Parecía una de esas situaciones donde el clima se estremece en cada poema que se le dedica a la luna. Donde cada verso es algoritmo tan indescifrable como que la luna es Cenicienta. Pero cuentan que cuando un poeta mira al cielo fijamente a la luna y en ese momento el juglar es capaz de ver la sonrisa que en ella se esconde. en ese preciso momento Cenicienta vuela hasta los brazos de él. Para bailar un baile único que solo ella es capaz de hacer. Un baile en que el movimiento es una excusa para no moverse. Y en ese instante en que el poeta se queda varado ante tal belleza, ella le abraza y se deja llevar. Para dar paso a una densa niebla entre la que esos dos cuerpos desaparecen. A día de hoy, solo se sabe que ese poeta nunca más apareció y que Cenicienta le espera en forma de luna.
La vida es lo que pasa mientras te desnudas
Si nadie sabe lo que va a pasar, dime porque vivir con miedo.
Fran Fernández.
Mientras te escribo versos sin sentido, mientras te llamo a media noche para decirte lo que te quiero, tú, con voz de dormida me dices que soy un tonto por quererte tanto. Y... ¿Si nadie sabe lo que va a pasar entre nosotros en un futuro incierto? ¿Por qué vamos a tener miedo a no caminar unidos de la mano sin mirar atrás? Y huir de los miedos que nunca experimentaríamos si nunca estuviéramos juntos. Quiero vivir al borde sin poder alcanzarte cuando yo quiera, quiero sufrir por tenerte, sufrir por un simple beso de despedida rutinario. Que el borde del precipicio sea la antesala de tu salto a mis brazos sin miedo a caer al vacío de la rutina, que lentamente nos va matando cuando estamos separados. Quiero que seas mi desorden en mi orden de la vida, que desordenes mis malabarismos, mis neuras, mis rutinas, mis miedos.
Para verte cada día ni que sea por un segundo y que me sorprendas sin que yo lo sepa, que aparezcas por sorpresa detrás de mí y me tapes los ojos con tus suaves manos, para que luego me beses en el cuello con ese perfume tan de mujer. Escribir es el tiempo que pasa entre que cojo la pluma y te desnudo. La ropa es la descripción de lo sensual de tu cuerpo, el aroma es la sencillez de tu belleza, la vista es la afortunada de que seas exclusivamente para mí y para ella. Y el papel son las sábanas manuscritas donde algún día juntaremos nuestros cuerpos y escribiremos el placer del mejor orgasmo jamás redactado en ninguna historia de amor.
Ojalá
Ojalá que te sientas tan sola, que cuentes conmigo.
Danieme
Ojalá este folio en blanco sea mi cómplice del disimulo, sea mi arlequín donde te escribo esta canción que nunca te cantaré al oído. Ojalá algún día tengas el ansia de volver a ser dos en tu cama, que necesites besar y abrazar y hablar y que el afortunado no sepa cómo hacerte volar hasta la luna. Ojalá descanses de mí y no me necesites, mientras yo intento emular al mejor poeta en cada garito, intentando llorarte sin que te des ni cuenta. Ojalá tus orgasmos sean eternos, igual que tus dudas, que tus recuerdos, que tus ganas de empezar a lo mejor de cero. Ojalá que cuando tomes el café con ese aroma que nosotros inventamos, sí, ese aroma a amor, tú, te sientas culpable, de no querer ser nosotros y querer ser vosotros, ofrecerle el café en la cama y que lo derrame como yo, derramo mis lágrimas. Ojalá fuera cierto que no eres feliz, que todo esto es una tumba al paso del tiempo, que él solo sea el verdugo del reloj de arena, que no se pare hasta que vuelvas a darle la vuelta. Ojalá, algún día mire de reojo esa cafetería donde nos reíamos de la rutina, y te encuentre hojeando anuncios clasificados y estés buscando un amor de segunda mano. Ojalá los días de cena romántica la mesa no tenga velas, que si por un casual las tuviera las tendrías que apagar con unos suspiros de ocasión, de saber que estás sola por algún motivo que no sale en esta canción. Ojalá cuando no puedas dormir por sentirte culpable, el monstruo de debajo de la cama te proteja de tus dudas y tus sueños por cumplir. Ojalá que la marea sea eterna, cuando nades desnuda junto a él, que se ahoguen mientras tanto mis penas junto a ti. Pero ojalá. que seas un poco feliz sin mí.
La vida
Arde en mi interior la vida, y vuelve a brotar si te ve.
Bruno Sotos
Hay algo en mi interior que tiene miedo, puede que sea la vida, que ella y un servidor, tengamos miedo a perderte. Puede que tengamos pánico, a que el mar,no te bañe a besos, a que el viento, no se lleve tu tristeza, a que el fuego, se apague entre nosotros, a que la tierra, sea un elemento inestable cuando faltas tú. ¿La vida? Está hecha para respirarla juntos y si falta aire, hagámosle el boca a boca para volver a respirar. Deja que me pierda en tu interior, en cada letra que moldea tu nombre, en cada latido que abruma tu corazón, en cada pentagrama, que une el latido de nuestro corazón, a la hora de andar. Deja que te cante, que te verse, que te lea, que te recite, algo tan acorde como una vida juntos.
Ametrállame a versos
Nuestros retratos son dos lágrimas vacías, desenfocando la esperanza.
Jorgito Kamankola
Ametrállame a versos, a canciones, a miradas, a caricias. Ametrállame para conseguir la independencia de tus labios, la libertad de tus ojos y la brisa de los brazos en alto cuando se habla de amor. Ametrállame directamente al corazón, a punta de guitarra, dispara sin piedad, con clave de sol, con clave de mi, por ti. ¡Apunta y dispara! Corazón. Con tu metralla, cualquier rehén quisiera morir de amor. Ametrállame a la vida, ametrállame al amor, ametrállame a sonrisas, ametrállame el corazón, con tu metralla, la vida, muere, a balazos de amor.
Me invitas al desastre
Ya no hay rock`n`roll solo recuerdos de antes, tú bailando en el salón me invitabas al desastre.
Kike Marcos
Pero es que yo, no le pido derechos de autor a la luna. ¡Sé! Que no soy el primero que le escribe, ni que le canta, ni que le cuenta su vida, antes de sumergirse en el mar. Es que es muy de cobardes decir que la luna siempre te invita al desastre. Que te invita a cerrar bares, a recorrer jardines de noche, a navegar en góndola por las calles de Madrid. a escribirle una canción mirándola a través de la ventana. Pero ella, me invita cada noche. A contarle los lunares de su espalda, a tocar su sonrisa, a ser pentagrama en su melodía, a cometer una aberración con una guitarra blanca. Y crear una canción que hable de nosotros, para cantarla en cada escenario aunque ella no esté. Y al final, mirar a los ojos de otra, para echarla de menos.
Vente
Ya le he puesto tu nombre a un cometa travieso.
Javi Sotos
Cuando me abrazas me envuelves en poesía, y cuando dibujamos una historia en común. Las nubes son rosas. Las tormentas de versos. Los futuros contigo. Si me abrazas no quiero volar, quiero ser tu arco iris donde cada noche despertar en tus sueños. Y es que tu dulzura, tu dulzura me sabe a poesía, a piruleta de labios, a caramelo de miradas, a gominola de caricias. ¡Vamos! La poesía más dulce que pudiera encontrar. Sé que decirte vente conmigo suena a tan de juglar, pero es que estando contigo agarrado de la mano, me atrevo a saltar al vacío de nuestro mundo tan particular.
Colada de sentimientos
Pues sÍ, que las rubias pegan mas fuerte que el whisky.
Tamara Camino.
A veces hacer la colada es como escurrir poemas del interior de uno mismo. La mejor hora para lavar sentimientos, es cuando la luna besa a las estrellas y les canta una canción perdida. Canción perdida en el interior de uno mismo, donde en cada pinza de tender. Hay un trapo sucio de egoísmo, de miedo, de amor y mil sentimientos más por limpiar. Para luego escurrirlos en el desagüe de la vida. Sabemos lo difícil que es, quitar una mancha de soledad, o mejor dicho, lo fácil que es hacerla. Luego como siempre mil excusas. Qué si ese carmín es de tu poesía, Qué si ese sujetador no es tuyo y solo es capaz de sujetar dudas. Y siempre buscando remedios caseros para esos arreglos momentáneos, tan poco duraderos como un polvo de reconciliación. Mientras tanto, cada día haciendo la colada donde quitarle el invierno a la poesía, Es manchar los sentimientos con rutina.
¿Tú qué piensas?
Sucede que el destino también se equivoca al menos una vez en nuestra historia.
Abel Santos
¿Y tú qué piensas? Tan sensual y tan callada. Sabes que necesito ayuda, que en este preciso momento el silencio duele. Que no son las cicatrices de las dudas las que me humedecen cuanto más necesito saber. Te caes al suelo, mirando al cielo sin más razón que verme sufrir. Pero dicen que si lo hago, Eso, eso de comer del fruto prohibido. Se me secaran los ovarios, no me crecerán las tetas y que quizás, me quede ciega, sorda, muda, para no poder gemir de placer. ¡Dime algo!, Si, tú, ahora te callas, ahora que necesito saber más de mil dudas, me dejas sola, desnuda y hambrienta.
Hay amaneceres
Los amaneceres ya no son lo mismo, como el cielo sin sus nubes o como yo sin ti.
Patri Pulet Andreu
¡Hay amaneceres, qué París no debería recetar! ni París, ni Roma, ni tu mirada, ni tu sonrisa. Hay amaneceres que ni la poesía sería capaz de soportar tal aberración a tu caminar. A tus ganas de comerte el mundo o de quitarle el Invierno a la poesía, ni siendo conscientes de que aquel día no ha salido el sol, ni que en la radio todavía no han puesto tu canción. Es que es eso, que esas ganas de huir al amanecer, matan sentimientos que eluden cada segundo de distancia, que separa un motivo para comerse el mundo, o la boca en forma de versos. Hay amaneceres, que ni las ganas de cortar las venas a la rutina, son suficientes para no quererte, para no repetir una y otra vez. Que sí, que te quiero, aunque la rutina amanezca cada día, con eso, con ganas de joder el amor. Sabes... Que te quiero.
Debilidades
Se me agarró al pecho como un catarro en invierno, como un suicida arrepentido a su cornisa, como mis ganas de su cuerpo a su camisa.
Jesús Lorenzo Ferrandez.
He de reconocer que ir descubriendo tus debilidades me excita. De tal manera que sería capaz de pintar la luna de colores, de encontrar a Cenicienta en un concierto de Rulo y la Contrabanda, de ir recogiendo cada uno de los post-it que un día pegaste en los árboles y encontrarnos en el banco de debajo de tu casa, para darte ese libro de poesía escrito para ti. He de reconocer que de vez en cuando una canción, me hace pensar en ti. Que un acorde me doctora en el arte de querer besar tu sonrisa. Y que un estribillo, me da alas para volar junto a ti. Siempre donde quieras. Pero también he de reconocer, que me cargaría a Cupido, por poner el mar de por medio. Entre el kilómetro cero y París, entre tu sonrisa y Praga, entre tu juglar y el mar de gran vía.
Dirás que soy cobarde, Pero reconoceré, que esa hora en la que Cenicienta pierde el zapato. ¡Sobre las 23:69 de la noche! Es la hora bruja, donde los cuentos se reescriben de nuevo, donde contar las lunas es una resta diaria, donde cada princesa es feliz de nuevo. Y sí, reconoceré que soy cobarde, pero aunque tú no lo sepas, como decía Enrique Urquijo, que hay un poema para ti, titulado, que sí. Sabes, qué sí, que el invierno es poesía y tú eres mi frío.
Sueña
Soñaba a menudo con alguien como tú. Alguien que apareciera, y quisiera tanto a mi oscuridad como a mi luz.
Sara Martín San José
Sueña Sueña, por favor. Y no dejes de soñar, ni por mucho insomnio que tengas. Sueña que la distancia es algodón de azúcar, que entre el kilómetro cero y el mar solo hay una luna de distancia y un beso de peaje. Sueña, por favor, que cada punto y aparte que aparece en esos libros de Borges es una razón para vivir soñando y una razón para morir leyéndonos. Ni que sea en la distancia. Sueña, por favor, que cada minuto de reloj que mate la madrugada, es un minuto menos que falta para versarte de cerca. Sueña, sueña, por favor, que recitar desnuda cada duda que hay en ti es una lucha ganada a mi miedo. No dejes de soñar.
Sabes, Que intento quitarte a la poesía, los inviernos por ti. Intento desnudarla en cada verso, en cada amanecer, en cada cuento donde Cenicienta, no pone la palabra fin, si no está su juglar de por medio. Sueña, sueña, por favor, que esto no es un poema cualquiera, que esto no es otra excusa para no perderte. Lo sé, hace tiempo que dejaste de soñar. ¿Y yo? Lo entiendo, entiendo que la distancia que nos separa, ya no lo arregla ni Borges con sus poemas.
Noche de tregua
De lo poco que dormí la mitad fue soñar contigo.
La chica Metáfora.
Solo quiero una noche de tregua, solo una. Para rechazar amores duplicados, desconciertos, dudas y mil blasfemias que me matan, que me atrincheran, que me sucumben mirando al techo, sin ningún resultado. Y esas mariposas que no saben si morir de amor, o matarse en el intento de razonar. De poner los pros y los contras, a la distancia, o a ser distantes, o distintos sin empezar de cero. Solo quiero eso, una noche de tregua y morir dándole la razón a una, o a otra, sin más prejuicios que ser feliz, sin robarles ni un futuro más en mitad de un ayer. Ni a una, ni a otra. ¿Tan difícil es argumentar razones? ¿Deseos? Sin más remedio que duplicar treguas entre camas y poemas. Solo quiero eso, solo eso. Quitarles el invierno de su poesía, o la blusa. Quitarles sus versos o evitar que estén solas, con la poesía, pero sin mí.
Actos por escribir
Y detrás del telón, cerrar los ojos y verte a ti.
Gemma Masferrer Gallart
Sé que le tienes miedo a las alturas, tanto como al precipicio de la monotonía desacompasada de la vida. Y tú, en ese patio de butacas donde cobran sentido las miradas, donde los actores secundarios también sufren y a veces, más que los demás. Sé que te escondes entre bambalinas, que el telón de fondo te hace temblar como el primer amor. ¿Y si improviso delante de todo el mundo?. Para decirte que te quiero, que todavía quedan actos por escribir y son contigo. Sé, que la función dura quince minutos y un segundo, un segundo tan bien aprovechado para mirarte a los ojos. Y saber que un bis a bis de futuros quitándole el invierno a la poesía es posible, cuando se pare el tiempo, en este microteatro de la vida.
Nada más que decir
De nuevo, otra noche de insomnio. De cosquilleos en la tripa. Lo único que me relaja es ver dormir a Maya.
Acabo de terminar de ver la serie de "Todos mienten" (es muy lenta, pero muy recomendable) y me he quedado pensando en muchas cosas, como en que los padre "obligan" a los hijos a realizar sus propios sueños proyectando en ellos sus frustraciones. Y así es como ha empezado la conversación con mi mejor amigo, que al verme en línea... Pues me ha saludado.
Antes de que os cuente... En temas de familia, siempre, siempre discrepamos.
- La familia es esencial, siempre van a estar ahí - me dice.
- Depende de que familia y qué miembro de la familia. Las madres suelen ser para darlas de comer a parte - le respondo.
- Ahí te doy la razón - se reía sabiendo que llevo razón y sabiendo por donde voy - Y más las madres de los hombres por si les roba su cría una pelandrusca cualquiera, ¿verdad?
Asentí. Además todas cortadas por el mismo patrón.
- ¿Y qué me dices de eso Wikipedia con patas? - pregunté. Él siempre tiene una teoría para todo
- Que pases. Si tienes suerte de tener a un chico que no esté enmadrado, genial, pero como des con uno que venera a su madre... La has cagado.
- ¡Anda, como tú! - le salté ni corta ni perezosa.
- Mi madre... Es diferente. Hace todo y más. Casi muchísimo más por nuestras parejas que por nosotros, sus hijos. Y eso no puedo dejar de agradecérselo. Mi madre consigue que cualquier persona se siente bien con ella y quiera estar con ella. Es alucinante. Por eso yo vivo por y para mi madre. Porque ella lo hace igual por nosotros. Mira, Patri, mi madre compra detalles a mi novia antes que a mí. Y a todas sus nueras. Se va de compras y compra para todas, para las tres que tiene. Las llama, queda con ellas, se van por ahí juntas... Yo he estado mal con mi pareja y mi madre le ha llamado a ella. Y tú sabes como es mi novia, que aún no consigue salir del nido. Y a mi madre le adora.
- Lo sé, conozco a tu madre. Y sí, ella es especial. Y es lógico que la tengas en un pedestal, yo también la tengo. Hasta me gusta como habla, es tan diferente a nosotros, nos habla con amor, despacio, suave... me encanta - contesté.
- Luego cada persona es un mundo. Si la que es mala es mala, lo será contigo y con todos. No depende de ser madre de... ¿Entiendes lo que te digo? - asentí - Las personas tienen su personalidad... Y ahí, es donde está el problema. Generalmente, pues eso... Envidias, miedo de que le quites al cachorro, competencia con otra mujer, con la mujer de su hijo, ¡valga la redundancia! No sé, ya de por sí sois complicadas. Y doy gracias de la madre que tengo.
- La verdad es que sí... Que hay pocas. Siempre he creído que tu madre es una edición limitada de mujer y de suegra, pero de mujer en general - opiné. La conozco desde hace muchos años.
- Pasa de todo. Que te toques los pies a dos manos. Incluso finge si tienes que fingir, sé correcta y punto. Tú sabes serlo... Has tenido buena escuela en casa, ya me entiendes - asentí.
- Hablamos mañana - respondí bostezando al teléfono - No te preocupes por mí, yo estoy bien, súper bien. El tema de las madres lo domino - me río para mí misma. ¿A quién pretendo engañar?
- Las personas que dicen eso son las que de verdad no lo están... No las que intentan llamar la atención con ataques de ansiedad, lloros, llamadas de teléfono o chantaje emocional. Mi suegra es así... Calienta la cabeza a mi novia y el calentamiento me llega a mí - me dijo. Y apuesto que lo dijo invocando al santo de la paciencia, al santo Jo.
Me quedé en silencio. Comentarios así siempre me incomodaban. Yo estoy bien, estaré bien... Yo soy de las que se comen el mundo, y si queda algo, se lo merienda. Nada más que decir.
P.D. ¡Qué afortunada soy en amigos!
sábado, 12 de febrero de 2022
¿Serías humana?
Las lágrimas que no ves, ¿existen? Es decir, si no ves que una persona llora, ¿eres consciente de que le has hecho daño? Si una persona no llora jamás, ¿crees que siente tanto como el que más llora? ¿Tú sabes si esas lágrimas que no ves, ruedan en la almohada cada noche? Dime, ¿lo sabes? Y, ¿en la ducha? Cuando se mezclan con el agua y el jabón, esas que apenas son visibles ni en los ojos tras salir de la ducha, ¿son de verdad? ¿Significa ser fuerte si no lloras? ¿Y si lloras por dentro? ¿Y si el nudo que no te deja tragar, ni respirar, te ahoga cada día? Eso, ¿se consideraría real? ¿Te hace mejor persona si lloras? Es decir, si expresas tus sentimientos a los demás. O, por el contrario, se te juzga porque como no expresas nada... Quizás seas un cacho carne con ojos sin más.
Quizás es que la vida se ha cebado tanto, tantísimo contigo, que ni siquiera tengas lágrimas ya que derramar. Si ese fuera el caso, ¿serías humana?
Una vez más
Ahora que me vuelves a mirar, pones mi cordura del revés.
Manuel Blanca.
Ahora que tacho del calendario lo que fue un principio y un final, descubro de reojo que me vuelves a mirar. Hay heridas que en alguna ocasión quieren volver a cicatrizar, pero es que mi cabeza tiene miedo a recaer y volverte a besar. Quiero una vez más, tropezar de nuevo en tus labios. Apagar farolas apoyando nuestro amor, escribir en las aceras: Encontrarnos de nuevo no es un error. Y ahora que me vuelves a mirar. Un abismo al pasado me vuelve a llamar, creo que recapacitar es de locos. Por miedo a tropezar de nuevo sobre ti. Pero sé, sé que una historia de amor nunca termina, solo continúa.
Tú misma
Os quiero contar algo, a ver cómo lo veis vosotros y vosotras.
Por la noche, ¿vale? Llevas esperando toda una semana para que la noche llegue y estar un rato a solas con tu marido. Cuando estás un poco de charla, te sumas a él a lo que parece que, últimamente, le llama más la atención, ¡su móvil! Te unes pues para que vea que ahí estás, sacar temas, hablar... Comunicación, ¿no? Y te gusta esa sensación de intimidad que desde que somos cuatro en casa, pues apenas hay... Y cuando más cómoda estás, apaga el móvil, se da la vuelta y a dormir.
Tú, que ahí estás, que odias el móvil a más no poder, pero cedes, das de ti, te pones en su lugar, le escuchas, vamos, lo que te sale hacer cuando quieres a alguien. Te deja así, dándote la espalda porque está cansado (sin tener que madrugar mañana, ¿vale?), pero apaga todo y... ¡a dormir!
Pues esa clase de desprecios, de bofetadas sin manos, cuando intentas estar y te echan, duele. Escuece y molesta, porque cuando eres un alma libre por protección hacía ti misma, prácticamente no sabes qué es un mimo. Te cuesta horrores dar de ti, abrirte, y como tantas y tantas veces, él te ha sugerido que seas tú la que te abras, la que inicies, la que te comuniques... Pues... Hablamos mucho, demasiado. Y en ocasiones, no sabemos lo que decimos. Él piensa que yo me creo perfecta, y no, creo que no ha leído ni un solo post o no lo ha comprendido o no lo ha interiorizado. La perfección se aleja mucho de lo que soy. Intento siempre ser perfecta, sí. ¿Pero lo logro? Jamás, es más, me quedo bastante alejada. Y antes me importaba, ahora ya no.
Lo que sí que hago es mantener la calma cuando discutimos. De hecho, no pierdo los papeles nunca. Sé qué digo, sé qué hago y sé qué opino. Nunca podré decir, jamás, que fue el momento del calentón. Nunca. Las cosas como son. Echamos balones fuera siempre, todos. Pero entre balón y balón y discusión y discusión, la magia de un momento íntimo que es de lo que estábamos hablando se pierde. Se esfuma como el humo. Y me recuerda al libro de compartir camas. Al final, compartes un colchón. Nada más, y es lo más triste y humillante que existe, doloroso también. Porque ves que tu esfuerzo (que luego queda en un "te crees perfecta") no sirve de nada. Y salen más temas, y salen más ganchos en cuanto hablas de esos que te quedas KO.
Y otra frase, es... "luego lo sueltas en tu blog". No. Te lo suelto a ti, hasta que te duermes, porque el cansancio y los pequeños placeres de la vida que nublan la mente del ser humano. Los días pasan... Los meses también, y todo es una suma. Pero tienes que estar bien, contenta y feliz, porque "oye, tienes cara de oler culos siempre". Y te vas haciendo pequeña, sumisa porque... para qué vas a decir nada si se te vuelve en contra. Para qué vas a discutir con alguien que no escucha, que está cansado y te da la espalada en los momentos que deberían ser nuestros.
Pues... Te cansas de remar, de estar bien y predispuesta a todo. Te cansas y los días se convierten en todos iguales y comienzas a mendigar. Mendigas un "algo", lo que sea, ya te da igual. Una película, un... algo, pero no... Y cuando mendigas, hay dos personas que no te quieren, y una de ellas, eres tú misma.
Silencio
Todo el silencio que me regalaste, Y yo, muriendo.
César De Centi
Silencio en este frio salón, frío sin viento que sea la excusa de tal escalofriante sinfonía que me parece oír en una radio apagada, en el salón de las noches perdidas de besos que ya son historia que el viento se llevo sin querer evitarlo. Una melodía que se pega al cuerpo pero que ayuda a desconectar del mundo, de las prisas y de no tener tiempo de nada. Una sombra sentada en el sofá donde estoy yo pensando en lo que no fue una relación sin sentido, ahora, esa sombra está perdida en otro sofá donde alguna mano que no es la mía roza tu frente, pensando cuando te quedabas dormida, al son de mis besos en tu frente mientras mi mano danzaba sobre tu pelo de seda. Silencio a oír las hojas pasar de un lado al otro del libro que todavía está sobre la mesita, que sigue tal cual la dejaste con una folleto de propaganda de no sé qué lugar, marcando ese punto donde paraste de leer el libro para un par de días después desaparecer sin decir nada. Silencio entre las sábanas de esa habitación que era de matrimonio sin haber pasado por el altar de la discordia. Noches infinitas fueron testigos de juegos de enamorados que ahora intentan romper un silencio sepulcral, cayendo al suelo cuando lloro sin saber realmente un motivo cierto, pero que tiene que ver contigo. Esa melodía que me parece salir de la radio cada vez está más dentro de mí, me levanto y cogiendo esa sombra imaginaria del sofá de al lado, empiezo a bailar suavemente deseando que nunca termine. Dándole un suave beso en la frente mientras esa melodía llega a su fin, dejo volar la sombra en dirección a su nuevo amor. Voy hacia la radio que está apagada pero que sin saber como la canción titulada Silencio, de César de Centi, ha hecho de mí un rehén en el tiempo y en el recuerdo de ti, mi sombra perdida.
jueves, 10 de febrero de 2022
Al otro lado del mundo
Pase lo que pase, que pase juntos.
Luis Cadenas
Sé que hacer locuras es tan de cuerdo, como de juglar. Sé que viajar entre tu mirada y tu boca, era una manera de perderme y no tener miedo. Pero, hice bien en tenerle miedo a París y decidirme ir a por ti. Es que mirar al otro lado del mundo, es ver en tu espalda un futuro de lienzos por dibujar. Hice bien en temblar de versos mirando a la luna. Para ver que en el otro lado del mundo, los mares se ahogan por besar tu nombre. Es que en este mundo hay amores de películas, donde nunca cabe la palabra fin.
Te has convertido en una experta en eso de disimular. Tienes que ir de fuerte ya que la vida te lo ha puesto un poco más difícil.
Entre broma y broma se lo he dicho a Laura. Vuelvo a verme mal, tan mal, que esta noche al verme en el espejo no he podido evitar vomitar. Vomitar todas mis penas, angustias y ansiedades.
Me he vuelto a mirar en el espejo. Me he visto aún peor, y de repente, esa soledad que me invade en estos momentos. Me siento más sola que nunca... Todo el mundo apuntándome con el dedo qué hago y qué dejo de hacer. Estoy más que harta de que intenten recuperar a esa Patri que ya no existe. La que vivía por y para contentar a los demás cumpliendo las expectativas que tenían de mí en todos los ámbitos de mi vida.
Un día dije "¡Basta!", y ese "basta" se mantiene. No estoy aquí para impresionar a nadie, ni para cumplir aquello que se espera de mí, pues, si tú crees que debería haber actuado de alguna manera concreta, es tu problema. Las culpas que se dicen apuntándote con el dedo, las llevo en silencio. ¿Por qué? Porque esa persona ya tiene su opinión, su opinión inamovible, ¿para qué hablar, pues? Es más fácil evadirte en tu mundo interior como diría Estopa, haciendo oídos sordos a quienes no quieren ni pretenden escucharte. Es una táctica que decidí usar hace unos años, cuando me aconsejaron que batallas librar y de cuales huir.
Nadie. Repito: Nadie, se detiene a pensar en ti. Nunca jamás. En qué puedes pensar, en cómo te puedes sentir, en cómo puedes reaccionar o en cómo te puede afectar ciertas acciones. Nadie termina de conocer a nadie nunca. Es así. Por muy empática que sea una personas, ciertas cosas te afectan dada tu personalidad en concreto, ¡qué sabrá la de enfrente!
No voy a pedir perdón por vivir, por cometer errores y por cometer mis aciertos. Mis aciertos que para otros pueden ser errores. No quiero ni pretendo abandonarme, ni vivir para nadie. No me quiero, es algo que he trabajado con psicólogas (que por cierto, el efecto es muy poco), pero no me voy a hacer de menos, ni cambiar para conservar a algunas personas cerca, puesto que no pido que nadie cambie. Si está en mi círculo, está claro que le quiero como es. Pero para mi no hay eso, para mí no hay permiso. Solo exigencia, deberías hacer esto, y aquello, y lo otro. ¡Por favor, ya! Haré lo que sienta en cada momento.
Sé que soy de impulsos, pero con la edad, los controlo cada día mejor. Es más, cada día pienso y repienso las cosas. Calculo todo, hasta el último detalla y todos los caminos que se me pueden presentar al tomar una decisión (otro ejercicio de terapia). Y lo que hago, es pensado, consciente. Puede que cometa errores, pero no sé si seré mejor o peor persona por haberlos meditado antes. Pero es que estoy cansada, muy cansada... de escuchar a los demás. De leer cosas que me molestan y callar, de ver que se espera de mi demasiadas cosas que ni siquiera me he planteado nunca.
Estoy harta de la gente y lo único que me apetece es hacerme un ovillo en mi lado de la cama y esperar a mañana. Esperar con la esperanza de que todo se solucionará, pues como me dijo Ana hace unos días en una terraza... "eres de las que tocas fondo, te deshaces, lloras y te rompes... pero no he conocido a nadie con tanta fortaleza. Te levantas, das el impulso y te comes el mundo, es muy admirable. Y sabiendo qué eres así, ¿cómo te dejas romper tanto?". Pues porque soy de extremos, conmigo no encontrarás grises. Soy intensa, y eso se traslada a todo, a lo bueno y a lo malo. Puede quererte con todo el alma y todo mi corazón, pero si me la lías... Puedo llegar a enterrarte (metafóricamente hablando), llorar, pasar el luto y seguir. Al final, la vida es seguir... No queda otra.
Hablando con un chico de Instagram que me ofreció un trabajo, me dijo una frase que me quedé con ella (por supuesto, no es suya), si sigues haciendo lo mismo, obtendrás los mismos resultados. Cambia, muévete, por ti, por todos... Sal a la calle y amplia la mira con la que observas el mundo. Sé tú. Sé esa que se come el mundo siempre, que no la dejan que la tosa, pues ella tuvo el mayor de lo entrenamientos, la vida...
Ella
El desamor es patente cuando tú no estás quieta.
Cristian Tano
Es que cuando me habla el mar de ti, hace que me salga mi alma de poeta. Aunque tú no lo sepas, los amaneceres no ganan a tu belleza, ni cuando te pienso a altas horas de la madrugada. No niego que te desnudaría, que te desearía, que te leería y haría de ti mil locuras en cada estación que esconde tu entrepierna. Sabes que el mar a veces se cruza en nuestros caminos. Lo que no sabes, es que él me habla de ti, el hace que sin querer y muy lentamente, un bucle en mi memoria, en mi corazón, en mi mundo, donde solo apareces tú. Porque mis sentimientos son esos que esconde tu mirada, a pesar de que tu no sepas que hay sentimientos de versos con aroma a sal, que sienten por ti.
Una canción para Diana
Hoy los minutos son nada, si me imagino debajo de tu ventana.
Desiguales
Sé que de momento eres parte de mí en forma de dudas, quiero que seas una cosa y no sé cómo se explica, si no es en forma de canción sin estribillo, o de poema eternizando versos sin final. Una noche años atrás cuando tu pasado fue mi futuro, resucité entre acordes tristes, entre voz y lágrimas que agonizaron recuerdos pasados. Estando debajo de tu ventana escribí en un blog quemado de notas sin pentagrama, de acordes tachados, con esa esencia de los ojos que desbordan tristeza por no saber nada de ti, por no saber cantar esa canción para Diana, y por no ser, desde hace tiempo tu clave de sol siendo tu mi pentagrama perfecto. Todavía se esfuman caladas al cigarrillo mientras te espero, mientras mi inseparable amante la guitarra solo pide dos minutos de silencio para sonar tu canción, tu canción triste de recuerdos que viviremos algún día de un futuro que será pasado en este presente sin ti. Recordando pasajes jamás vividos, pero dejando volar la imaginación como un niño en nunca jamás, desbordo alegría soñando que escucharas algún día esa triste canción que te escribí en clave de mi, para recibir una nota que sonara como un posible sí, para estar juntos ni que fueran dos minutos, esos minutos que son los que duran tu canción, aún sabiendo que luego desaparecerás entre la multitud de dudas que nos juntaron durante dos minutos. Pero si un día decides hacer caso a esa canción, no rehúyas de mí, ni de la guitarra, ni de las dudas, ni de nada, solo huye del pasado para estar conmigo.