Una mirada, una manera de escapar

Hoy es un día de esos en los que no me pasa nada y me pasa todo. Ese día en el que no te encuentras, que estás perdida, que tu mente está pidiendo ayuda y el corazón susurra que de está saldremos solos, como siempre. Días en los que no aguanto a la gente, ni siquiera me aguanto yo. Días en que si alguien se acerca, saldrá dolido, y yo culpable de lo ocurrido. Y esa conciencia que solo habla de noche y no cesa. Esos días en los que el mundo me come, y yo, para defenderme, me convierto en cactus. Finjo que puedo, que puedo con todo, pero a veces no es así, y me callo. Espero a que pase el día. Y finjo, y huyo, y pienso. Hasta sonrío y me tomo un café con un amigo. 

Finjo, y sonrío. Días en los que huir siempre me parece la mejor solución. Escapar, fugarse sin mirar atrás, sin decírselo a nadie, total, a nadie le importas porque no hay tiempo, todos corremos, todos huimos, y es que el mundo está lleno de problemas. Y el lugar al que pertenecemos, se llama nosotros, y a la persona a la que debemos salvar, se llama Yo. Y de nuevo, finjo, pienso y sonrío. 

En mi cabeza pasan imágenes, el cuento de la lechera diría mi madre. Si me tocara la lotería, si me tocara un buen viaje, si me tocara un buen trabajo lejos de este desastre... Si me dieran la oportunidad de volar unas horas, de mirar al cielo, sin saber si queda cerca o lejos del suelo. Si me dieran la oportunidad de escapar, no volvería a este lugar. 

Días así, desmotivan, abandonas tus luchas diarias, tus guerras y batallas, abandonas a la gente, te abandonas a ti, te ves mal, no te reconoces, dónde estás y quien es esa que se refleja en el cristal. Segura que se ha escapado, que ella ha conseguido volar. Yo sin embargo, aquí me quedo, porque esto es un día, nada más. Luchando por cada día, trabajando cada sueño, intentando estar cerca de los demás, para saber que detrás de cada mirada hay algo más. A veces un grito de socorro que grita en silencio, que grita sin parar. A veces, un "ayúdame, que la vida me va a matar". Una mirada... Una manera más de hablar.

Patricia Izquierdo Díaz