- Espera...
- ¡¿Qué!?
- ¿Estas enfadada? Ahora ya no es como antes, te has distanciado mucho. Antes éramos amigos.
- Amigos. Tú lo has dicho.
- Pero, ¿qué he hecho? Yo no me porto mal contigo, sin embargo tú me evitas y me contestas tan mal...
- ¡Mira! Eres un idiota.
- ¿Yo? ¡Pero si la que se está comportando como tal eres tú!
- Eres un imbécil, tonto, estúpido, egoísta, eres... eres... - una pequeña lágrima corrió por su rostro.
- No llores, ¿qué pasa? Oye, de verdad, no sabía que estabas tan mal. A ver, dime, ¿qué te pasa?
- Te quiero.
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