- Pero, ¿de verdad le quieres?
- No le quiero, nunca dije que le quisiese.
- Te parece encantador. Tú le ves perfecto, te pasas cada minuto de tu vida con él... ¿y me dices que no le quieres? Explícate.
- No hay explicaciones, es una sensación rara, no le puedo ni siquiera llamar amigo. Sé que esto es raro y poco adecuado, pero ni yo misma sé lo que siento. Él es tan... tan... ¡y yo soy tan...!
- ¿Tan qué?
- No sé, pero creo que me da igual lo que él o yo seamos, lo importante es lo que somos al estar juntos.
- ¿Y qué sois?
- Somos imperfectos... ¡y eso me gusta! Recuerda que a veces las raíces cuadradas no salen exactas...
- Pero...
- ¡Pero nada! ¡Ya está todo dicho! No es que le quiera, simplemente no sé cómo sería mi vida sin él. Estoy orgullosa de haberle conocido.
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