miércoles, 22 de diciembre de 2021

Buenas noches

 Veo todas las horas del reloj, como cada noche. Mi insomnio se agudiza cada día cuando mi cabeza empieza su sprint final del día. Escucho a los vecinos hablar de sus cosas, a mi marido respirar profundamente mientras duerme. Yo miro el móvil, pero nada me interesa. Dios... Mañana nos podía tocar algo de dinerillo que tanto nos hace falta.

Pienso en la Navidad y los que ya no están. En el cole, que tampoco está, en los días que siguen y en este año que está llegando a su final con un sabor algo amargo. ¡Qué tristeza me invade! Y no duermo... Y mañana madrugaré tanto como Javi para no ir a ningún lado. Qué vacío tan grande. Tanta energía dentro y sin gastar. ¡Qué desazón!

Y de tanto pensar, llega la angustia acompañada por la ansiedad. Y me ahogo en mi propia cama. No respiro, se me olvidó que alivia el peso de mi carga. La oscuridad me acompaña, me acuna, pero no me ayuda. Qué sola me siento... Porque este dolor, este vacío vive a solas conmigo. 

¡Qué puedo decir más! Que no quiero escribir, no me consuela ya. Qué de pesadillas todos los días, qué soledad me apena y no me deja. Dejemos que el reloj siga dando vueltas y vueltas... Pronto llegará de nuevo otro día.



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