miércoles, 8 de diciembre de 2021

Resiliencia

 Siempre hay un momento en la vida donde el dolor enseña el camino de vuelta a la normalidad. Eso sucede cuando perder a alguien te hace caer a lo más profundo de nuestro mundo, todo eso conlleva a llorar sin parar, a cerrarse en banda, a querer morir y no luchar. Pero el dolor es tan cabrón que quiere tragar todo nuestro mal muy lentamente, quiere que suframos, que odiemos, que deseemos lo peor del mundo a nuestro ser. Pero el dolor puede ser el bálsamo a volver a mirar hacia arriba, porque cuando no sintamos ni las cicatrices que siempre tendremos por tal situación, él será el impulsor a ver de nuevo la luz. Que si un recuerdo duele, es que recordamos cosas bonitas.

Que si una perdida escuece, es que en su momento hubo alivio. Así que no dejemos que el dolor no deje paso a la resiliencia. Que a veces empezar por un final es siempre un acierto. 



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