miércoles, 8 de diciembre de 2021

Marcharse

 Marcharse sin avisar es la peor putada que le puedes hacer a un corazón. Ya era tarea imposible aceptar un adiós que hacía tiempo que se intuía, pero que la esperanza siempre ganaba a la realidad. Pues imagínense una despedida que llega sin tiempo a pestañear. Dicen que si hay esperanza hay vida. ¡Y una mierda! Lo puedo acreditar en hechos y lágrimas. Luego es cuando el corazón está lleno de rabia, cuando se da cuenta que dos corazones que eran el unísono de la felicidad, uno se queda solo, cuando el otro deja de latir de por vida. Ahora toca de nuevo afrontar la realidad, toca llorar cuando el corazón lo pida, toca amanecer a solas, pero con sus recuerdos.



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