viernes, 24 de enero de 2020

El vecino, ¡ha vuelto!

¿Os acordáis del vecino del motero? ¡El Nuevo Motero! Fue de las entradas más visitadas. Pues, ¡ha vuelto! Y ha vuelto para preguntarme cómo estoy. Sí, sí, yo también me quedé con esa cara. Nuestra relación se basada en follar como conejos sin parar. Pero ha vuelto, y al saber que estaba mala, me ha preguntado esta mañana.

¡Me ha dado los buenos días! Creo que el que está enfermo es él. Ayer por primera vez hablamos de muchas cosas, de mi trabajo, del suyo, de motos... De Samu, y de éste último me pareció muy raro el interrogatorio que me hizo, porque... Aunque no me lleve con el motero, no voy a ir contando por ahí su vida. Cuento la mía y lo que a mí respecta ese chico. Y no sé, estoy un poco rayada en el sentido de tantas y tantas preguntas. Cómo le conociste, cómo era vuestra relación, le veías mucho, viajabas con él... Me limité a contar el final porque lo otro duele. Prefiero no contar nada de la parte bonita de la historia porque sigue quemando como fuego.

Al final, la conclusión fue... "sigues pillada". Sí, sigo enamorada de la piedra que me hizo caer y me destrozó. "Olvídate de él, es un hijo de puta". Lo sé, pero cómo se hace. No hubo respuesta. No supo responderme. "¿Cómo te enamoras de un poco pelo?". Porque Samu era muchas más cosas. 

A eso me refiero, era como una evaluación continúa de cómo me sentía, cómo me había sentido... Y es raro porque como os digo mi relación con él era, follar, punto y final. Y hoy tan... ¿atento? Creo que este cuento me lo sé. Se llama amabilidad, ¿verdad, Samu? Y se utiliza solo para un fin. Pero creo que le salió mal. No voy a quedar con él, porque estoy con una persona... Al menos, conociéndola. 

El ingeniero no suele leer el blog, pero no voy a pedir perdón por seguir hablando con "viejos amigos". No voy a hacer nada malo, eso lo tengo claro. Antes de que sucediera le informaría de que algo entre nosotros va mal. Esto lo hablé ayer con mi "Aguja en un pajar". No voy a pedir perdón por mantener conversaciones, encima hablando de mi vida pasada y de cosas que estoy en proceso de curación. Pero, ayer y hoy, está siendo raro con este chico, y lo que más me llama la atención, es que me gusta hablar con él. Bueno, eso no es nuevo, ya lo dije en su día. Pero creo que podría contarle cualquier cosa porque no me juzga. 

Supongo que piensa de mí que estoy loca por seguir enamorada de alguien que hace tanto daño a la gente. Pero es algo que no puedo evitar y que no hay una tecla de suprimir este sentimiento. Sigo esperando que el ingeniero haga su magia y termine de destruir este resquicio de amor que aún queda... Pero los meses pasan, y Samu sigue grabado en mí. 

Apuesto lo que sea que él ni lee mi blog ni siquiera se acordará de mi como lo hago yo, él ha rehecho su vida y estará feliz con su moto dejando a gente en Leganés Central cada mañana. ¡Es amable! Pero no hay un solo día que no piense en él, y en qué estará haciendo. Como cuando sale un rayito de sol y pienso que es un buen día para salir con la moto, aunque haga frío.

El día a día es lo que más cuesta. Se va a pasar... Se pasará. Lo sé. Lo voy a conseguir, solo espero no llevarme al ingeniero por delante y hacerle el daño que me hicieron a mí, porque eso no me lo perdonaría nunca. No se merece nada malo porque es la mejor persona que conozco, con sus fallos y eso, pero... Nadie se merece ser la opción B. Nadie. Y yo no soy el motero.

Patri Izquierdo Díaz


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