miércoles, 10 de junio de 2015

Al día siguiente

Estoy cansado de bares,
de besos sin nombre,
de no ver el amor entre tantos amores,
de amantes de temporada
y caricias aceleradas.

Anoche volvió a suceder:
el deseo nos llevó a empujones a ese bar.
Volvemos a sentir
que hay heridas que no se cierran
cuando dos piernas se abren.

Pero al amanecer
la pasión es esa silueta
marcada con tiza sobre tus sábanas
y la vida ya no huele a lencería fina
sino a dedo acusador y desencanto.

Al día siguiente la vida te golpea
y la culpa se come los bordes de tu calma
y el arrepentimiento está asqueado en el salón
cuando entiendes que dormiste acompañado pero solo,
con alguien pero solo.

Al día siguiente,
cuando ella ya no está,
te ves queriendo huir
pero sin saber de qué.
Y entonces lo entiendes:
ningún viaje fugaz
entre tus piernas
te dará eso que buscas.

Sí. Es entonces cuando realmente lo entiendes:
el amor consiste en una cara
donde quedarse a vivir.

Marwan


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