Hoy no cuesta tanto despedirse.
Es necesario que me vaya a otro lugar,
a otro de mis conciertos.
Quizá olvide tu nombre por unas horas,
pero tendré que volver
y según me vaya acercando a esta ciudad que te contiene
me apretará la necesidad de regresar a tus inviernos
y tendré que buscar el ruido de tu falda por mi barrio
y la sombra de tus ojos en la agenda de contactos.
En el móvil aún tengo salgo
pero al corazón casi no le queda presupuesto.
Ojalá pudiera conocerte de nuevo
darte el corazón como quien entrega un folio en blanco,
que pudieras desprecintarlo,
pero no puedo, es imposible.
Y siempre acabo por nosotros en objetos perdidos.
Marwan
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