Cumbre Mundial para eliminar la Violencia Sexual en Zonas de Conflictos
Es un mito que la violación es una parte inevitable de un conflicto. No hay nada de inevitable en eso. Es un arma de guerra dirigida a la población civil. No tiene nada que ver con el sexo, todo es sobre el poder.
Está hecho para torturar y para humillar a gente inocente y, en ocasiones, a niños.
He conocido a supervivientes (de violencia sexual) desde Afganistán hasta Somalia y son como nosotros, sin ninguna diferencia importante.
Vivimos en países seguros que tienen médicos a los que podemos acudir cuando estamos heridos, policía a la que podemos recurrir ante cualquier hecho e instituciones que nos protegen.
Ellos viven en campos de refugiados o en calles bombardeadas de zonas donde no hay ley, no hay protección y ni siquiera una esperanza de justicia.
Ellas luchan por mantener a sus hijos a salvo y si admiten ser violadas, lo hacen para evitar más violencia o rechazo social. Otros supervivientes viven en países donde la guerra ha terminado, pero no paz no ha traído justicia. Y como comunidad internacional, somos responsable de ello.
Tenemos que acabar con la cultura de la impunidad y hacer de la justicia una norma, sin excepciones, ante estos crímenes. Necesitamos una voluntad política que se reproduzca por todo el mundo y necesitamos tratar este tema como una prioridad.
Tenemos que ver con un compromiso real para perseguir a los peores perpetradores, para financiar la protección adecuada para la gente vulnerable y para intervenir y ayudar a los países más afectados.
Necesitamos que la prevención de la violencia sexual sea parte del entrenamiento de todas las fuerzas de los ejércitos, las tropas de salvamento y la policía.
Más de 100 países estarán representados en la cumbre, y les pediremos que tomen estas medidas. Pero realmente necesitaremos su ayuda. Todo este tema ha sido tabú durante demasiado tiempo.
Las violaciones en las zonas de Guerra son un crimen que se nutre de silencio y negación. Este estigma afecta a los supervivientes y les genera sentimientos de vergüenza y falta de valor. Se alimenta de ignorancia, como pensar que la violación no tiene nada que ver con los impulsos sexuales normales. Pero, sobre todo, permite al violador salirse con la suya. Ellos se sienten por encima de la ley, porque ésta pocas veces les afecta y la sociedad los tolera.
Como dijo Eleanor Roosvelt una vez "El destino de los derechos humanos está en las manos de todos los ciudadanos y de nuestras comunidades"
Y este mal seguirá arruinando la vida de millones de personas a menos que hagamos de esta cumbre un punto de inflexión. Y podemos hacerlo. Debemos mandar un mensaje alrededor del mundo de que no hay discusiones sobre lo que es ser superviviente de violencia sexual; que la vergüenza es del agresor.
Debemos trabajar juntos de una forma nueva y sin precedentes, más allá de fronteras y de religiones, con los gobiernos y la población unidos, abordando el problema desde todos los ángulos posibles. Y haciendo esto podremos poner fin al uso de la violación y la violencia sexual como un arma de guerra de una vez por todas. De verdad que podemos hacerlo.
Así que, muchas gracias por haber venido hoy, por estar con nosotros en esta lucha, y les deseo una cumbre muy productiva.
Angelina Jolie
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