Erase una vez...
Una clase nueva, gente nueva, universidad nueva... una vida nueva. En estos momentos es cuando buscas bastones para apoyarte y hacer frente a lo desconocido, a las primeras impresiones, a los fallos que vas a cometer.
Ella empezó siendo un "bastón", una amable compañera que nos ayudó a integrarnos en la clase de segundo. Me ayudó a aprobar metodología, empezó a ser una compañera imprescindible para mi.
Los seminario empezaron demasiado pronto para todas. Luchábamos juntas por más y más créditos, creo que ese día a día de estrés y de presión hace que del compañerismo se pase a algo más.
Sinceramente no sé cuando empecé a quererla, y ella es así, simplemente se hace querer por todas. Es el centro de nuestro grupo, el corazón que hace correr la sangre hasta la última componente del maravilloso grupo que he tenido este año.
Después de todo, es alguien muy importante para mí. Me he sentido muy arropada por ella en los días que he estado mal. Un mensaje de ella, ha hecho que me sintiera mejor. Es algo que nunca podré agradecerla lo suficiente.
Este año se me ha quedado pequeño, quiero muchas cosas más contigo Patri - two, quiero más experiencias, más montaditos, más seminario, alguna que otra fiesta, quiero trabajos, broncas, apuntes, rutinas, tu atención, quiero un bonito final para este cuento que empezó con "erase una vez... un día de Septiembre...", o mejor... no quiero un final. En nuestras manos está... sólo en las nuestras.
Muchísimas felicidades tocaya.
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