Yo no quiero volver a caminar en dirección contraria a la belleza
ni que en mi mesa se sirva el agua sucia del conformismo
ni quiero reclamarte el desescombro.
Yo no quiero devolverle a su oficio a la impaciencia
ni ponerle sordina a los errores.
Yo no quiero quedarme colgado de una mañana ya veremos.
De nada sirve un boomerang que cae a cuatro metros de tu cuerpo.
Yo no quiero volver a presentarme a las elecciones de tu boca.
No me hace feliz el escaño de la incertidumbre.
No cuentes conmigo cuando se te pase por la cabeza
la idea de lo que lo importante es sentir mucho en lugar de querer bien.
Yo no quiero eso.
Así que, por favor,
no vuelvas a llamarme.
Marwan
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