viernes, 26 de junio de 2015

No hay dos sin tres

"Aunque conozcas a un tío decente y cuando digo decente me refiero a que no sea descaradamente psicópata, ni siquiera puedes hacerte ilusiones y, ¿sabes por qué? Porque simplemente es cuestión de tiempo que uno de los dos se aburra y sea infeliz y diga que la cosa se ha acabado. Y eso es un final feliz. Un final cutre, es cuando hay mentiras y engaños, y tiendes una trampa a la mujer del príncipe encantador.
(...) Lo que te digo es que todo puede acabar fracasando y que la monogamia no es natural. Si lo aceptas como los franceses, adelante y quédate donde estás. Pero sino, te sugiero que prepares un plan de juego y le abandones.
(...) Los que engañan no cambian. Y si lo solucionáis, volverá a hacerlo de nuevo, y tú terminarás donde empezaste, deseando haberle dejado la primera vez que pasó".


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