Estando sentada frente al mar,
escuchando el susurro de las olas chocando contra el acantilado,
acariciando las orillas de las playas,
dejándome abrazar por la brisa.
Me siento libre,
el bolígrafo escribe solo,
el papel se rellena de margen a margen.
Este pequeño momento se convierte en inolvidable.
No sueño, no siento, no canto,
solo escucho el silencio roto,
el paso del tiempo,
el tik tak de un reloj que no para.
Estas vistas son sinónimo de vida,
más allá de donde alcanza mi vista
hay miles de historias que quisiera contar,
pero es mejor imaginar, dejar a la mente volar.
Patricia Izquierdo Díaz
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