Atrapados en el tiempo,
soñando con tiempos lejanos,
había un príncipe y una princesa,
esperando su momento de amor.
Ese momento nunca llegó,
pues ella escondía un secreto en su corazón.
Aquel príncipe era un buen caballero,
sin historias, sin cuentos,
pero jamás supo llegar
hasta su amor más sincero.
Compromiso, el "qué dirán",
ni él podía vivir con aquella dama,
ni ella podía ser feliz con aquel Don Juan,
Él anhelaba los besos de otra dama,
ella soñaba con abrazos cálidos
del guerrero de armadura dorada.
Patricia Izquierdo Díaz
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