Otra de esas noches en las que apareces vía WhatsApp después de mucho tiempo con un: "Hola, ¿qué tal? ¿Qué haces? ¿Nos vemos esta noche?" y una carita guiñándome un ojo.
Eso significa peligro. Catástrofe inminente. Mi piel se eriza al instante y comienzo a sentirme igual que a quien le ofrecen tabaco cuando recientemente ha dejado de fumar. ¿Y yo qué respondo aquí? ¿Que sí o que no? Si sé que hoy quiero y que mañana me voy a arrepentir de haber querido. Si sé que vas a ser sólo una noche perfecta y muchas más en la mierda. Si sé que eres vuelo con destino a accidente seguro. Si sé que tú tienes alergia a la estabilidad mientras que yo estoy deseando encontrarla.
Entre tanta duda me da por imaginarme lo que yo le aconsejaría a un amigo. Sí, en este caso lo tendría claro: Ignórala. Sólo te va a traer disgustos.
Lástima que el mayor de mis problemas es que nunca he sido de seguir consejos.
""Hola, ¿qué tal, C?", respondo".
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