Creía que cerraba puertas cuando no paraba de abrir ventanas. Mi intención era acabar con la historia interminable de Campanilla y Peter Pan. Pero hay noches que regresas desde Nunca Jamás para llamar a mi ventana, que desde hace tanto tiempo permanece abierta, haga frío o calor.
Hace unos días vi a Peter Pan haciendo su vida con Wendy (malditas redes sociales). Y me di cuenta de que, al igual que en el cuento, Campanilla queda a un lado. Lo tuvimos en la mano, y lo dejamos escapar. Pero no me arrepiento, creo que volvería a seguir los mismos pasos. No cambiaría nada, no era nuestro momento, igual que ahora. Somos como un pueblo sin tierra. No tenemos hogar, no tenemos nada a que aferrarnos.
La vida sigue... Me alegro que hayas empezado de cero. Te mereces el mundo entero.
P.D. Cierro mi ventana.
Patricia Izquierdo Díaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.