miércoles, 18 de septiembre de 2019

No hay más que hablar

También quería escribir sobre un chico de Instagram, que se lee mi blog a medias. Y eso, amigo mío, no vale, porque dices gilipolleces varias y... digamos que no estoy para aguantar ninguna tontería. Os lo voy a contar porque es flipante, a mí me parece surrealista y si alguien tiene interés en leer la conversación, yo se la mando. Porque en serio, alucinante.

Es un chico... que a ver cómo lo explico sin ofender, pues no es mi tipo y ya está. No lo es físicamente, y como persona, está claro que no por lo que voy a relatar a continuación. Pues bien, me ha pedido quedar, sí o sí, y ya a poder ser. He hablado con él tres veces como muchísimo y encima para hablarle de que van mis storis del Instagram. De un chico del que no sé nada y bla bla bla bla, la historia de siempre. 

O sea, que sabe lo que siento por otro, sabe en qué punto estoy y cómo me encuentro. ¿Por qué lo sabe? Bien, a veces es más fácil contarle tu drama a un desconocido que a tus amigos. Porque mis amigas, y mis Alejandros, tienen vetado el nombre del motero. No se puede hablar de él. Es como invocar a Satanás o algo así. Pues, aquí al amigo, no se le ocurre otra cosa que venirme con exigencias... Quedar sí o sí, porque... atentos, que va el gordo (redoble de tambores): Tiene el derecho y se merece la oportunidad de quedar conmigo (se lo merece... porque él lo dice, claro). Y yo, por descarte, tengo la obligación de quedar con él.

"Patri, quiero ser el número 12. Me dan envidia esos 11 chicos con los que has quedado y han tenido la oportunidad de quedar contigo, de conocerte". Primero, chiqui, das miedo. Segundo, ese autoestima hay que trabajarlo. Y tercero, quedo con quien me da la gana. Y te lo explico de nuevo. Te juro que me duele ser tan dura y clara contigo, te lo prometo, pero a ver si así lo entiendes mejor, ¿vale, majo? 

Me hice las aplicaciones porque un bobo me hizo sentir como una mierda y desapareció dejándome hecha trizas en el peor momento de mi vida. Y fue para darle en las narices a él. Para demostrarle que no sólo él puede tener un harén, sino que yo también puedo estar con cualquiera. Y me equivoqué totalmente porque yo nunca seré como él. De los 11... uno me ha gustado. ¡Uno! Y gustar... es atraer más bien. Han sido parches en primer lugar, han sido utilizados para llenar unos vacíos que me habían dejado. Fueron escogidos porque algo de ellos me recordaban a esa persona. Buscaba en ellos a la persona que se fue... Y no lo encontré. Hasta ahí mi historia con los pof, los tinderianos y toda esa gente. Luego he tenido suerte y he dado con gente como Johnny que el pobre tiene más paciencia que un santo y aunque él no se lo crea, pues... se ha hecho un huequito. Pero él sabe en qué punto estoy, sabe que tan rápido estoy arriba como abajo. Él sabe que estoy rota y que es posible que yo no funcione bien... Pero es decisión suya quedarse a mi lado o salir huyendo... De momento, le tengo y sé que al menos como amigos, lo nuestro está ahí. Pero todo empezó como empezó, majo. Esta es la bonita historia de todos vosotros. Soy parches y chicos utilizados por mi. Te hago el resumen para que se te vaya grabando un poco en la mente.

Las primeras impresiones son muy importantes. Mucho en estas aplicaciones. Querer ser el número 12 de una lista de gente que ni me va ni me viene... Ni fu ni fa ¿No lo ves absurdo? ¿De verdad quieres ser un número? Eres muy patético... Y te aseguro que yo no soy una princesa, una diosa o no sé qué te pensarás tú que soy... No soy nada especial, te lo aseguro y más en estos momentos. Permíteme ser egoísta, y pensar en mí. Prefiero invertir mi poco tiempo en mis chicas, en mis amigos, y en conocer más a gente como Johnny, pero no a gente como tú. Sé que lo vas a leer, y de nuevo, perdóname ser tan directa, sincera y posiblemente egoísta. Pero mi tiempo ya no lo malgasto, no se lo doy a quien no se lo merece, a una persona que me exige quedar... ¿con qué fin? ¿Conocerme? ¿En serio? Es que no me lo puedo creer. Y las formas... dejan mucho que desear. Así que mira, lo vamos a dejar aquí, ¿vale? Lo siento muchísimo. Sé que estamos al lado, que incluso nos podemos cruzar por ahí, pero es que no quiero conocerte, porque no tenemos absolutamente nada que ver. Y quiero a mi gente, a los míos. No quiero extraños en mi vida ahora. No necesito traer más problemas... 

Sé que me vas a llamar muchas cosas, y no te voy a responder, una de ellas... es que soy superficial. Pues puede ser... Ahora mismo sí. Poniéndome romántica, te diría que a mi corazón lo han vuelto a coger, a estrujar, y a asfixiar... Dos veces en un mismo año. Lo han hecho una pelotita y lo han tirado a la basura. Así de majos han sido. Y volviendo a ser yo, te digo que no estoy para perder el tiempo con los que dicen que se merecen quedar conmigo... ¿Por qué? ¿Te debo algo y no me he enterado? Es que perdona, pero aún sigo alucinada contigo... Desde luego que me dejas sin palabras... Y encima prometiéndome que estarás ahí siempre, que me sacarás del hoyo... Y mira, mozo, mis amigas ya están en ello... Y tengo un príncipe azul, que no le llegas ni a la suela del zapato... Y mi tiempo, se lo doy a ellos.

No hay más que hablar.

Patri Izquierdo Díaz


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