jueves, 5 de septiembre de 2019

Te quiero... pero bloquear

Me estás agobiando mucho. Seguro que no eras tan pesada con el motero. Me tienes hoy hasta las narices. Sí, leí lo que has puesto, sí, y te he contestado personalmente para no dejarte en evidencia delante de tus lectores, pero hoy me tienes que te voy a mandar a que te peines un rato. 

Pati, tienes el don de hacerlo todo al revés. Me haces una declaración de amor (que llevaba siete años esperándola, porque tú para decir "te quiero", no sé, ¿es una frase prohibida?) en la que hay más referencias al motero que a mí, y se supone que al que quieres es a mí. Me dices que quieres volver conmigo pero estás enamorada desgraciadamente de otro. ¿Me estás tomando el pelo? ¿Te estás haciendo un Samu? Y para más inri, tengo que leer como estás con otros, como te lo pasas con otros y que bien te va... con otros. Pero, ¡ah! Me quieres a mí. No, perdona, corrijo, estás enamorada de otro. 

¿Me puedes aclarar en que situación me deja eso a mí? Y por favor, sólo a mí, el otro como si se estrella por ahí. Es que creo, que a veces, no piensas las cosas que haces, y para ti es un juego más. Es otro más. Sería nuestra quinta oportunidad. ¡Quinta! Se dice pronto. Y para mí es un tema delicado, muy delicado, porque si tú no tienes sentimientos o empatía es tu problema, no el mío. A mí me duele leer lo que haces con otros y no te digo nada, porque no puedo decirte nada. Me duelen muchas actitudes tuyas, y me siento, respiro y vuelvo. Y estoy contigo, porque me compensa estar contigo de amigos, de compañeros, cinco minutos o treinta. Porque mis sentimientos sí son de verdad. ¡Ah! Sí, yo también leo tu pensamiento... No me gusta marear la perdiz. E intento hacer mi vida, seguir con ella y construirme mi futuro. No es contigo, no. Porque tú nunca has querido, porque no te has tirado a la piscina cuando sabes perfectamente que había agua. Y a día de hoy, te sigues tomando a broma lo que me molesta y lo que me enfada. 

Creo que pedir un poco de respeto por tu parte, ya no hacia mí, sino a lo que siento por ti, no es mucho pedir. Reconozco que si tú me dices ven, yo lo dejo todo. Pero no juegues Pati. Ni tú eres el motero, ni yo soy tú. Todos tenemos un límite. Cuando realmente sientas algo parecido a lo que siento yo, una cuarta parte o así... te saldrá estar sólo conmigo, y tú lo sabes. Mientras estés por ahí de chico en chico y reciclando, lo siento, pero yo me retiro a continuar con mi vida. Cuando estés preparada, me llamas, cuando de verdad quieras luchar por mi, no me lo digas, hazlo. Demuéstralo. Ten ovarios y ven a decírmelo. Es más fácil huir, ¿no? Porque eso es lo que haces, y eso es lo que me mata a mí. 

Siempre has dicho que rompiste porque tuviste que elegir entre tú y yo. Y te elegiste a ti. No me hagas elegir a mí, Pati, porque no es justo. Te quiero como a nadie, te amo. A mí no me asusta decirlo. Eres la mujer de mi vida, y así, año tras año, yo te lo demuestro y no es tan difícil, porque como dices tú, si hay que pedirlo, no lo quiero. Si tengo que pedirte que me quieras menos pero que me quieras bien, no quiero otra oportunidad. Estoy cansado de siempre lo mismo. No me merezco esto, y es que tú tampoco. 

Te va a tocar currarte la nueva oportunidad. ¿Estás preparada? ¿De verdad quieres? Pues inténtalo y será entonces cuando acepte esa invitación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.