Hace un rato, mi querida Patri, ha publicado un texto donde habla de una “mala” experiencia sexual, que por suerte o desgracia, hoy también compartimos. Como otras muchas cosas. Pero con una gran diferencia, que ella también ha expuesto, la manera de tomárnoslo.
Cariño, lo mejor es reírse. Entiendo que te dejen a medias, no es agradable para nadie. Pero con un toque de humor, todo se ve diferente. De hecho, si no nos pasaran estas cosas… ¿de qué nos reiríamos?
Supongo que el contexto de la situación hace mucho. Por mi parte tengo que decir, que ha sido con una persona a la que aprecio, con lo que tengo confianza y con la que no puedo enfadarme. Y la verdad cuando sucedió, me sorprendió tanto que no pude hacer otra cosa que taparme la cara y reírme. E intentar que se reirá el… porque supongo que para él tampoco fue muy cómodo. En definitiva, fue su culpa jaja.
Por otro lado, no sé si somos diosas del sexo, la verdad nunca me lo he considerado. Pero sí que puedes tener la conciencia muy tranquila y pensar, que somos muy muy eficaces. Y… ¡qué cojones! Les poníamos mazo, cari.
Creo que es más factible pensarlo así… no volverte loca y verle inútil al pobre… quizás ¿tenía un mal día? No lo sé. El mío era por la mañana, después de una noche intensa de fiesta. Yo tampoco estaba muy entusiasmada, así que preferí entenderle a enfadarme. Si te enfadas, te sale arrugas. Recuérdalo.
Y poco más puedo aportar… bueno si, que veas que no todo lo malo te pasa a ti, porque lo q no te pasa a ti, me pasa a mí. Y sabes que yo, en desastres soy experta. Pero nada, lo dicho, ríete, las cosas malas también cuentan como experiencia, y siempre sirven. Y en el mundo del sexo nunca se sabe del todo.
¡Así que a practicar todos!

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