¿Quién puede decir que mi vida es aburrida?
Tras la gran discusión, anoche me escribió "¿qué pasó?". A mi nada, mírate que te pasó a ti gastando bromas que no debías. Bueno, pues quiere verme este puente. Me lo estoy pensando. En el fondo es majete el chico, y no quiero quedar mal con él. Pero tras el escrito anterior, yo tengo claras muchas cosas y no voy a estar de uno a otro. No, ya no.
He dicho que vuelvo a ser yo. Sólo estaré con aquel que sienta algo por él. Y, cariño mío, vas tarde y a trompicones. Tengo una edad ya en la que estos comportamientos, como mínimo, me dan pereza. Harenes, ir detrás de alguien, dudas, sentarte a esperar a ver qué quiere, o si le cuadra, o si tiene tiempo... Mmmmm, no. Me da pereza, pero oye, que con lo majo que eres, lo más seguro es que encuentres a alguien que actúe como un verdadera 112, que llames y corra hacia a ti.
No me has preguntado ni por mi accidente y eso que venía de tu casa, porque ni me preguntas "qué tal has llegado" o "si he llegado". Y no te lo voy a contar, sólo si sale el tema, me gusta verte la cara que se te queda. Esto no lleva a ninguna parte. Y yo no voy a perder el tiempo. Son 27 años y ya he perdido seis meses de mi vida últimamente... No paso por ahí otra vez.
Patri Izquierdo Díaz
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