Buenas tardes,
Vengo de boxeo matada, vaya paliza que nos hemos pegado. Nos hemos pegado porque claro, soy tan tonta que lo he subido a Instagram y el bollo se me ha acoplado. Ha merecido la pena verte bailando zumba (no voy a opinar) pero me he reído como hacía tiempo que no lo hacía... Lo estoy haciendo ahora según lo escribo y lo recuerdo.
Quería escribir algo sobre él (que ayer también estuve hablando con Belén) y quiero... ser sincera, abrirme, y expresar lo que siento. Bollito mío, estas palabras nunca, jamás, saldrán de mi boca, pero te las haré llegar, te lo prometo. Tampoco las colgaré en Facebook. Se quedan aquí, en mi blog.
No sé por dónde empezar la verdad. Venga lo suelto... Yo también te quiero. Perdón. Voy a hacerlo bien: Te quiero. Y te quiero de la misma forma que tú me quieres a mí. Pero no puedo dejar de pisar el freno, porque... ya sabes por qué. Que yo me abra, que te sea sincera, que yo te diga que lo que sientes tú, lo siento yo... No cambia nada, porque no te voy a pedir nada, no quiero que cambies tu vida si no estás seguro. No quiero que dejes o dejes de dejar lo que tienes. Sólo que esta vez no huyo. Soy una cagona, me da miedo sentir, y es mucho mejor huir y seguir conociendo a gente que no tiene sentido y buscar, no sé, algo que ya tengo.
Ayer Belén me ayudó a aclarar ideas. No eres mi prototipo, en absoluto. Y lo sabes, ni yo el tuyo, también lo sé. No somos lo que hemos buscado siempre. Pero estamos ahí, nos hemos ganado el cielo el uno con el otro. Somos muy intensos e inaguantables, también pasionales, lo damos todo, para lo bueno y para lo malo. Creo que dieciséis años nos dan la garantía y nos avalan para quizás, poder empezar algo, y tener una oportunidad. Nuestra oportunidad. No te la voy a pedir, no quiero ni siquiera pensar en el futuro ni formalizar nada (sí, ya me estoy echando para atrás) pero, no quiero dejar de intentar algo que podría ser tan perfecto como imperfecto, tan nosotros, tan de verdad.
Creo que es el momento, pensando en mí, estoy curada, me veo guapa con mis kilos de menos, me veo madura, ya que vuelvo a ser yo. Eres el único en este momento y lo vas a seguir siendo. Has estado conmigo siempre, siempre, siempre. Y siempre has sido el primero. Sigues siendo el primero, mi Superman. Adoro discutir contigo, prefiero pegarte un bofetón a ti que estar besando a otros. Jugamos con fuego... Los dos, sabemos cómo somos, no hablamos, gritamos, discutimos. Somos difíciles y ambos tenemos nuestras cosas. No te prometo un camino de rosas, más bien de obstáculos, pero salvarlos es lo que nos hace tan fieles y adictivos. Tan fuertes juntos. Esa fortaleza, no la he sentido con nadie...
Cuando estoy contigo no estoy esperando que me des la patada, porque no lo harás, no espero que me engañes, no espero nada malo de ti. Contigo es paz, confianza, es una unión muy muy fuerte creada por el tiempo y por tantas cosas que hemos tenido.
No sé si me estoy equivocando al escribirte esto. Pero no lo quiero volver a leer. Porque cambiaría todo, querría ser perfecta a la hora de escribir y omitir ciertos sentimientos que debería ocultar, pero es que por una vez, y gracias al empujón de Belén (que no te quiere), estoy siendo algo valiente. Te lo puede decir ella, como es mi cara cuando hablo de ti. O cuando vengo de estar contigo. No eres un polvo aunque vaya de dura, aunque me vista y me vaya nada más terminar, es que sé lo que hay, es que sé que no me puedo ilusionar porque no te quiero compartir. Y pedirte que seas mío, no es algo que quiera hacer, es más, creo que es algo que tienes que decir tú, no yo. Pensado y meditado. Yo sólo estoy expresando mis sentimientos y son... que cada vez que me besas me dibujas una sonrisa. Que si me tocas mi cuerpo reacciona y que nunca es tarde para volver a casa. ¿Me he enamorado de ti? Llevo desde el colegio con el freno echado. Y lo voy a soltar...
La gente no lo entiende. Pero estoy a punto de cambiar mi vida, a mi mejor amigo, y mi relación con él. Está en juego muchas cosas, más cambios de los que he tenido. Si sale mal, te pierdo, pierdo a mi amigo, pierdo nuestros momentos, pierdo absolutamente todo. Pero... ¿y si sale bien? Me das la vida.
No sé si ha quedado claro lo que siento, pero... el miércoles, cambió algo. Mentira, en mayo cambió algo. En mayo cambiamos todo. Y tú sabes a qué me refiero. Creo que tanto golpe en boxeo nos ha atrofiado la cabeza. A ti y a mí.
Te lo envío tal cuál... No me respondas, no quiero respuesta de esto. Piénsalo y vamos viendo.
Patri Izquierdo Díaz
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