sábado, 9 de noviembre de 2019

Cambiando de rumbo

A pesar de mi entrada anterior, un poco, dudosa. He de decir que no me he sentado a esperar a que el gitano decida darme una patada en el culo. No confió mucho en esas páginas de conocer gente, soy un poco tradicional, y teniendo amigas más entusiasmadas que yo por que salga de mi círculo vicioso, ¿quién quiere tinder?

Me han presentado un chico muy mono, que me hace muchísima gracia. Físicamente me gusta. Es alto, moreno, con pelazo (importante), guapo y no esta escuchimizado.

Llevamos una semana hablando, y me hace gracia porque es tímido. Piensa todo lo que dice. Asique a su lado, soy una tarada y una desvergonzada. Y eso me hace reír. Pero me gusta. El chico es muy respetuoso, no va al polvo fácil. Y oye, a estas alturas de la vida, me parece digno de admirar. 

Su amiga, y la mía, me lo ha vendido muy bien. Es de los chicos que cuidan a su pareja, va despacio, es detallista, mimoso… lo que yo necesito ¡vamos!  Que me cuiden, que me quieran, que me bailen un poquito el agua. Porque estoy bastante desgastada mentalmente. 

Ayer nos conocimos. Fue un poco trampa, pero lo agradecí, no se si estoy preparada para quedar con alguien que no conozco. Asique allí estaban mis amigas para salvarme. Y fue muy ameno. Es verdad, que no hablamos mucho entre nosotros, pero si tenía alguna duda de cómo soy  con los míos, creo que ayer se le aclaro. Lo mismo le he asustado. 

Acepto apuesta por cómo va acabar esto. Las que más me conocen dice, que si, muchas risitas pero que no va a pasar nada, porque el gitano esta siempre el primero. Yo no digo nada, porque me apetece conocerle. Y cambiar un poco de rumbo.. Asique… ¡ya os contare!

Belén Triguero Guijarro


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.