sábado, 9 de noviembre de 2019

Con los pies en el suelo

“Me pongo a escribir como la primera vez
Y solo pienso en tu nombre
Me vuelvo a sentir como si fuera ayer
Y mi corazón responde”

Estopa. Hasta Estopa nos une. Nuestro grupo favorito. Hay tantas cosas que nos unen… ¿y cuantas nos separan? 

Hace bastante que no escribo, es tiempo de cambios. De buscarme entretenimientos para no pensar. De aprovechar todo lo que tengo al máximo. De entender y aceptar los problemas. De superarme. De seguir aprendiendo. De trabajar. De construir un futuro. Es tiempo de intentar recuperarme, de volver a ser yo, de dejar de ser esa Belén que está siempre a la defensiva. ¿Pero lo hago por mi o por ti? 

No voy a decir que estoy mal, ahora mismo no nos va mal. El gitanito sigue muy presente. Hablamos todos los días, nos vemos todos los fines de semana, cada día está más cercano, seguimos discutiendo y haciendo las paces, hacemos cosas de parejas. Pero no, no lo somos. Y la verdad, cada día tengo menos claro donde nos lleva esto. 

A primera vista puedo parecer inconformista. De hecho es como me ve él. Él se está esforzando para que estemos bien. Pero quizás si tanto le cuesta, es que no merece la pena ¿no? No pretendo ser una obligación para nadie. Me gustaría tener al lado una persona que está conmigo porque quiere. Que me habla porque le apetece. Que quedamos porque se muere por verme. Que quiere hacer planes conmigo que no haría con otra persona. No sé. ¿Es mucho pedir? 

Es cierto, que leo muchas novelas románticas, que veo pelis de amor y, que soy una ilusa de la vida. ¿Pero tengo que conformarme con una persona que no tiene tiempo para mi hasta que no termina todas sus tareas? ¿Que no saca 5 minutos para verme aun viviendo a dos calles de mi casa? entiendo que después de tanto tiempo, no vamos a sentir maripositas ni vamos a montar en unicornio. ¿Pero tampoco puede haber ilusión? Creo que estoy un poco desencantada, en el sentido de que me he estancado en aceptar unas condiciones para estar bien, que no son las mías. 

Sé que si leyera esto, se enfadaría, pues él no mira con mis ojos. Él es de las personas que prefiere callar y que el tiempo decida. Yo soy de decir todo lo que piensa, de hablar, de expresar lo que siento. Pero como no sé cómo lo ve el, ni como lo siente, ni que le cruza esa cabecita. Creo que no vamos en la misma dirección. 

“Baja de mi propia nube
Una luna que se rompe
Y un misterio que se esconde
Donde lo dejaste escondido
Esta noche encontraré mi destino
Que no quiero llegar a viejo
Sin verte reflejada en mi espejo”

Como dicen David y José, sé que bajaremos de mi nube. Quizás, debamos poner los pies en el suelo…

Belén Triguero Guijarro





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.