lunes, 18 de noviembre de 2019

¡Ha vuelto!

¿Sabéis quién más ha vuelto a parte del repollo (que aún siguen nuestras conversaciones por Instagram, como cuando empezamos)? ¡Una pista! Tiene moto.

Sí, el jueves a la hora de la siesta de mis niños, un mensaje de El Nuevo Motero, "¿cómo vas?". Sentí un pellizco en la tripa. No sé por qué, pero sentí algo. Hola de nuevo, amigo, pensé, y seguí mi día. Pero por la tarde, le contesté. Quería un pinchito de despedida. ¿Cuántas veces nos vamos a despedir? Le respondí. Estaba totalmente segura de rechazar su propuesta, pero... Este chico me vuelve loca, en el sentido más estricto de la palabra. Y me va lo difícil, lo que no comprendo.

El viernes, antes de quedar con mi amiga Cristina, pues... quedé con él. Jugando con fuego, en el edificio del otro motero (de Samu), y bueno... pasó. Tenía que pasar. ¿Es una despedida? ¿Quién lo sabe? Mientras no me interrumpa mi vida, mi rutina y mis cosas, acepto Nuevo Motero como animal de compañía. Si vamos a jugar a utilizarnos... Jugamos con todo el equipo. 

Sí, ya lo sé. Esto no acaba bien. Uno de los dos se pilla. Y sé perfectamente quién ha comprado las papeletas. ¿Es momento de huir? ¿Quién sabe?


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