martes, 12 de noviembre de 2019

¡Y sólo ha sido un beso!

Al salir de las extrescolares he visto que mi móvil fallaba, había muerto...

He ido al gimnasio, y he tomado la decisión, voy a dejar de huir. Te voy a llamar y nos vamos a ir de compras, a por un móvil de urgencias. Estaba nerviosa, lo he pensado rápido y no le he dado más vuelta. Además de que te debo una explicación. Siempre hemos tenido tiempo el uno para el otro, menos de una semana a aquí.

Ayer hablé con Belén sobre ti. Dice que jamás me había visto tan tonta con alguien. Sólo con hablar de ti, monto en unicornio, viajo encima de una nube y vivo en un mundo de los colores del arco iris. Así hoy me he puesto las pilas. Se acabó la vergüenza como hablé también ayer con Dani, no voy a dejarte escapar. A ti no. Y es que no ha habido nadie como tú en dieciséis años. ¡Y yo no sé cómo ha pasado! No eres lo que he buscado, no cumples con ninguno de los prototipos que me gustan en un hombre, pero no sé, supongo que es el único que me da la caña necesaria. El único con el que puedo ser yo en mis días buenos y malos.

Y, ay, cuando te he visto hoy. ¿Quién dijo que no tenía mariposas? Seguramente yo, pero hoy las has hecho nacer, a todas. No esperaba ese beso de película nada más verme, que me cojas con tantas ganas que me quites el aire, que la tripa me haga cosquillas, que quiera quedarme a tu lado las próximas siete vidas. Y sólo ha sido un beso. El beso que necesitaba esta semana. Me haces volar cuando respiro tu colonia, cuando siento tu calor que eres lo más parecido a una estufa humana. Estoy escribiendo y sin querer, me muerdo el labio... Repetiría ese momento todos los días de mi vida. ¡Y sólo ha sido un beso!

Delante de todo Parquesur, me has mimado, me has elegido el móvil, me has llevado a cenar, y eso me da miedo. No escondernos me da miedo. Siempre me han tenido oculta. Salvo Peter Pan, pero estoy acostumbrada a no foto, a no capturar los momento más bonitos, pero para algo tenemos memoria. Dios mío, a partir de ahora, necesitaré babero cada vez que te mire como mis niños. 

¿Estoy enamorada? No sé responder a esa pregunta, pero agilipollada, sí, y mucho. Irte, sé que no te vas a ir, pongo la mano en el fuego por ti, pero quiéreme, quiéreme bien y fuerte. Porque, creo que hoy, me has dado las pistas suficiente para que luche por ti, ahora me toca a mí, y de momento voy a empezar por enviarte la carta que te escribí hace días. Y tú decides.

Da las gracias a Belén, si alguna vez coincides con ella. Ella es la que me ve la cara de payasa cada día que hablo contigo. Por último, gracias por tirar de mí, por estar siempre a mi lado, cada día, en cada momento. Eres mi héroe, y al bollo que quiero a mi lado. ¿Me va a tocar luchar? Seguramente, ¿verdad? No me lo vas a poner difícil. Pero de momento, acepto. Acepto montar contigo en moto, acepto seguir con mi vida, continuar, avanzar, y si es a tu lado, no puede ser mejor.

Patri Izquierdo Díaz


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