sábado, 24 de agosto de 2019

Bueno, ¿qué?

Y llegó el día más esperado. El día en el que vuelvo a verte, después de que me dejaras el día de Navidad. 

"Patri, ¡qué delgada! Estás preciosa" encime te pego. Mira, sabía que me ibas a saludar porque eres un bienqueda, pero como se te ocurra estos días escribirme, acercarte a mí, mirarme u olerme te doy tal bofetón que te dejo la cabeza como a la niña del exorcista, que no vas a saber si te viene o te va... Te lo aviso. Una sola palabra y te escupo en la cara. 

Qué estoy delgada... Pues... Gracias supongo, porque el que lleve una 38 es solo gracias a ti, pedazo de gilipollas. ¿Cómo se te ocurre dejar a alguien el día de Navidad? Encima por otra y con tantas mentiras detrás. Si es que al final aunque me ignores, te pego. ¿Me vas a venir ahora a preguntar por las oposiciones? ¿Tú eres tonto o qué te pasa? ¿Vamos a ser amiguis ahora? Estoy de la amabilidad hasta el moño por no decir otra cosa. Coge tu amabilidad, tus buenas formas y te las metes por el culo. Borra mi número, borráme de todas partes que aún me sigues cotilleando en Instagram... Idiota. 

Encima esto no te lo puedo decir a la cara porque saber elegir perfectamente los momentos en los que te acercas a mí. Tan perfecto... Y mírate, eres un mierdas, que no te atreves a enfrentarte a mí, que necesitas público para hacer tu función y tú personaje del señor amable. 

El del "bueno, ¿qué?" Desde luego que has pasado a la historia de mi vida... Por no durar ni cuatro minutos, encima no vales ni para eso. No vales ni para lo que vale cualquier tío. Y tengo que verte la cara cada verano... Mira, te voy a pedir que volvamos al inicio, donde tú a mí me caías como el culo y no me acercaba a ti porque me dabas repelús. Volvamos a ese inicio, ¿de acuerdo? Ah, otra cosa, ¿de verdad te interesa tanto el chico con el que vine al pueblo que has estado investigando? No sabía yo que aún te debía algún tipo de explicación, pero no... No vienes a mí a preguntarme si he venido sola o acompañada. Me tienes miedo desde el primer día, y es que como dice Belén, demasiado pollo para tan poco arroz... Eso es lo que eres un arroz pasado. Eres el SOS de mi vida, un tío repollo que ni siquiera te entiendo cuando hablas. 

Te voy a resumir lo que eres... Un gilipollas. Y no me vengas a tocar las palmas, que me conozco... Qué a mi me da igual que haya público que no. Y lo sabes... Qué esté tu madre, o la mía o tu tía... Yo no soy amable. Una mirada como la de hoy, una palabra de más y te reviento. No juegues con fuego, que tú te quemas, ya te lo digo yo. Espero que por lo menos hayas mejorado en un tema y llegues a los cinco minutos. Ella te lo agradecerá. Y si mañana encima viene mi sustituta... No andes jugando a ser amable que te puede salir muy caro y no son amenazas, son realidades como puños, como el que tú me diste por detrás, imbécil.

Sé que lees perfectamente mi blog... Una tontería, y la tenemos, en la procesión, en la virgen, en el campo o donde te pille. Ya lo sabes, repollo.

Patricia Izquierdo Díaz


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