sábado, 24 de agosto de 2019

Locuras

Por fin me atreví a lo que llevo tanto tiempo anhelado. Por fin mis labios descansaron en los tuyos. Rocé tu labio superior con la punta de mi lengua y me creí en el paraíso. Siete años volvieron a mí. Besarte es el mayor de los placeres que te ofrece este mundo y que tú respondas, como lo haces tú, con ansia, con deseo, desesperación... Mordiendo mi labio inferior, agarrándome para llevarme más a tu terreno. A eso es a lo que me refiero cuando digo que eres fuego. Enciendes a cualquiera. Muerdes, besas, acaricias y atrapas. Mi amor, soy todo tuyo desde el primer día que te conocí. Y te sigo besando... Bebiendo de esos labios que me tienen enamorado. Y te sigo besando el cuello... Estás perdida, ya no controlas, ni yo tampoco... No sé muy bien lo que estamos haciendo, pero lo estamos haciendo. Y no podemos, esto es un hospital. Tu familia está ahí fuera. Pero ya has dejado de ser persona... Y te has vuelto leona. Te deboro el cuello, tu boca, a ti... Y ya no puedo esperar más. Fuera ese feo camisón azulón.

Aquí está mi Campanilla... Te me has hecho toda una mujer. Reviento al sentir tus pechos en mi boca. No aguanto más, este cuerpo solo es mío. Es mi templo. Lo beso. Beso tu tripa, tu ombligo y voy bajando...

"Entra" dices en un susurro casi inaudible, eres la de siempre... Exigente, impaciente, eres lo más bello del mundo. Ojalá te vieras con la admiración que te miro, con el amor, con el cariño y la ternura que me produces... Y te hago caso, entro... Es como estar en casa de nuevo... Qué sensación, no puedo describirla... Eres mi hogar... Y se me escapa, te lo juro que se me escapa susurrarte... Cásate conmigo.

Peter Pan



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