sábado, 17 de agosto de 2019

Contigo todo es complicado

Eres una droga de la que no puedo desengancharme.
Una amiga me dijo que estar con alguien que te quiere significa que con él las cosas son fáciles. Que cuando tienes un problema te ayuda a solucionarlo y que siempre hace que todo parezca menos difícil de lo que es.
Tiene razón, el amor debería ser eso, estar con la persona que quieres sin más complicaciones; que demasiadas tiene la vida. Pero, aún así, me empeño en estar contigo, con la persona con la que todo es complicado, y ni siquiera veo la manera de hacerlo más sencillo. Y eso es agotador.
Eres una droga de la que no puedo desengancharme. Sé que no es bueno para mí estar contigo pero, aún así, los momentos de felicidad que duran el tiempo que estoy a tu lado son los que hacen que no pueda dejarlo, que no pueda ni siquiera intentarlo.
Cada semana jugamos a la ruleta rusa: ¿Hoy querrás verme? ¿Hoy te acordarás de escribirme? ¿Contestarás a mis mensajes? ¿Te apetecerá quedar conmigo? ¿Cumplirás tus promesas y tendremos la cita que prometiste? Y según van surgiendo las respuestas me doy cuenta de que el juego está amañado. La pistola solo está cargada cuando juego yo, y en cada uno de los disparos me destrozas emocionalmente.
No hago planes, dejando un hueco siempre en la agenda para ti, para que cuando tú quieras verme no sea yo la que impida que estemos juntos. Porque ese subidón de adrenalina que me supone cada segundo que paso contigo…
Siempre trato de estar perfecta para ti, de que nada pueda fallar, de no decirte nunca que no, ni de hacer algo que pueda hacer que te alejes pero, aún así, no consigo que estés todo lo cerca que necesito.
Pero esta montaña rusa emocional empieza a cansarme. Llevo tanto tiempo montada en ella que ya no puedo disfrutar del viaje tanto como antes, porque solo pienso en que caeremos y todo volverá otra vez al mismo punto.
Y cuando más cansada estoy, vibra el teléfono. Eres tú diciéndome que sientes no haberme visto en todo el fin de semana, pero que podemos vernos hoy.
Y como si de repente tuviera un ataque de amnesia temporal te digo que sí, y olvido todo lo anterior.
No tengo ni idea de qué hay en tu cabeza, probablemente ni siquiera te hayas dado cuenta de que llevo meses ilusionándome, rompiéndome las ilusiones y volviendo a reconstruirlas con cada mensaje, llamada o cita. Y siento que cada vez que lo hago, voy perdiendo piezas, y el puzle ya no queda tan bonito como la primera vez. Cada lágrima derramada por ti ha hecho que hayan quedado cicatrices y esto ya no brilla tanto como antes.
Algún día cambiarás o algún día encontraré el valor para alejarme de ti, para cumplir lo de mejor sola que mal acompañada, para darme la oportunidad de superarte, para decirle a mi corazón que no se puede conformar con las migajas de tu amor, que merece ser el plan A por primera vez.
Pero ese día aún no ha llegado, y volveré a arreglarme pensando en gustarte, a ilusionarme con verte y a pensar que esta vez será todo distinto…


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