La noche de mi cumpleaños

Llegan las 00:00, por fin cambiamos de día, vaya con el 2 de agosto...

Pero por fin es 3, es mi cumple. Y hay cenas, copas, vinos, audios que no se deberían haber enviado, amigos, amigas, tú. Regalos que se han quedado esperando para la próxima semana por no ir cargados, y es que lo único de verdad que me importa, sois los que estáis a mi lado los 365 días del año. Los que habéis vivido este año tan intenso, sobre todo los últimos meses, mimándome y haciéndome un poquito más feliz.

Aún no quiero dar las gracias a nadie porque queda mucho día. Pero sí voy a dar la exclusiva aquí, tras hablar mucho con mi Clara. Se acabaron las aplicaciones. Jorge también me ha dado la razón (una de las dos pepitas de oro que nos dan cada año en nuestro cumple. Si no entedéis esto, preguntarle a él, ya que es una teoría bastante interesante). Pero sí quiero decir una y otra vez, que tengo los mejores amigos del mundo. Que echo de menos a alguien, pero que tengo a los que quieren estar. Y con eso, más que satisfecha. 

Es un cumpleaños raro, distinto. Nunca había salido tanto. Y nunca había decidido que "éste era mi verano" de conocer a gente nueva, de empezar de cero en muchas cosas, de arreglarme, de mejorar, de salir a la calle y gritar lo que valgo, porque sí. Porque me apetece. 

Quiero destacar algo de anoche. Y siempre serás tú, el capitán de mi velero favorito. Porque siempre acabamos juntos las noches, siempre cerramos los bares, porque siempre tomámos la última. Por ser mi Peter Pan y enseñarme lo que es volar, el polvo de hadas, y la magia. ¿Quién dijo que los "ex" no se pueden llevar bien? Te quiero, te adoro y eres mi mejor regalo cada cumpleaños. 

A mis amigos chicos, gracias por meterme en una pompa, por cuidarme tantísimo, por querer pegar y defenderme de los que me hacen daño. Por estar ahí, por tenerme en un altar que no me merezco. Pero me hacéis muy muy feliz. La palabra "gracias" es tan insignificante... 

Sois, todos, el mejor regalo. Y tú, mi pieza del puzzle, gracias por hacer que el mundo parezca pequeño, por aparecer cuando pienso en qué estarás haciendo, por sorprenderme, por no dejar que lleve razón nunca cuando doy las cosas por hecho. Eres talón de Aquiles, mis canciones de Beret, eres mi cuento. Gracias por aparecer anoche y hacer de ella un sueño.

Patricia Izquierdo Díaz