jueves, 15 de agosto de 2019

Bucle

Respiro.
Vuelvo a mirar la pantalla. Hipnotizada. Salto de una foto a otra, mientras el significado de tantas cosas amenaza con hacer estallar mi cabeza.
Y lo peor, es que en el fondo lo sabía, pero supongo que necesitaba verlo para creerlo. Para despertar. Para aceptar.
Estoy cansada de este bucle del que no puedo salir, del que no veo salida posible por mucho que lo intente cada día. Me duele la cabeza de darme contra un muro.
Hoy te he visto en Tinder. Sí... Algo ha hecho click en mi cabeza, y me he descargado esa aplicación que tanto odio. Me he creado un perfil y he empezado a buscarte. Perfil tras perfil, caras anónimas una detrás de otra, hasta que de repente ahí estas tú. Con tu sonrisa, con tu pelo despeinado, con tus ojos que siempre me vuelven loca cuando me miran ( las pocas veces que lo hacen) y se me revuelve un poco el estomago.
Y voy pasando fotos y compruebo que has actualizado tu perfil hace poco con esas fotos de ese viaje que tanto te gustó. Y se me llenan los ojos de lagrimas al pensar el significado de todo esto….que mientras yo ideaba planes que compartir contigo, mientras yo me desgastaba inútilmente intentando que me incluyeras en tu vida, mientras yo suspiraba cada noche esperando que al siguiente fuera EL DIA, mientras yo estaba en mi propia dimensión paralela en la que todo iba a salir bien entre tú y yo, tú actualizabas tu perfil en esa app que tanto odio, tú sigues queriendo conocer a alguien que te ponga tu mundo patas arriba, porque yo soy solo el crucigrama que rellenas mientras esperas ese alguien.
Y no puedo coger el móvil y escribir todo lo que estoy sintiendo ahora mismo. Porque no tengo derecho a reclamar nada. Porque estas eran las reglas del juego, y si yo me las he saltado es problema mio.
Y me queman las manos por no coger el móvil y vomitarte todas esas mariposas podridas que llevo dentro desde hace tiempo.
Porque me dejarás en visto ( como odio que lo hagas)o me llamarás peliculera, dramática o cualquier otra cosa hiriente que se te ocurra en ese momento.
Así que callo. Y miro la pantalla, y voy pasando fotos mientras el significado de todo va pasando por delate de mi. Mientras voy recordando ese beso debajo de la lluvia hace tanto tiempo que ya ni me reconozco, mientras recuerdo tardes de sábado en tu sofá viendo la tele y compartiendo vídeos, mientras recuerdo lo bien que encaja mi mano en la tuya.
Así que callo, porque no tengo derecho a decir nada. Porque sé perfectamente cual es mi papel en todo esto, porque sé perfectamente que una vez salga por la puerta de atrás de tu vida no harás nada por impedirlo y seguramente ni siquiera notes que ya no estoy allí.
Pero es que hay momentos en la vida en los que una sola decisión, en un solo instante, cambia irremediablemente el curso de las cosas.
Y me doy cuenta que esa décima de segundo, en la que he visto tu flamante y actualizado perfil de Tinder algo ha hecho click en mi cabeza. Algo se ha roto. Definitivamente. Quizás sea esa parte de mi que se empeña en seguir queriéndote cuando sabe perfectamente que tú a mi no.
Y me da miedo, me da mucho miedo. Soltar, seguir, dejarte atrás. Darme cuenta de lo poco que he sido yo para ti y lo mucho que tú has sido para mi.
Pero algo ha cambiado. Porque aunque el futuro me parece incierto y triste si tú no estas en él, ahora soy yo la que ha decidido. Y decido no volver a sentirme como una pieza insignificante y sin valor. Porque yo no soy la segunda, ni esa.No soy la reserva, ni me quiero sentar en el banquillo. No soy el rato de consolación cuando no hay nada mejor que hacer. No soy esa que sabes va a descolgar el teléfono cuando la llames, sea cuando sea, sea para lo que sea.
Porque ahora me encuentro al frente del timón pero sin tanto miedo a naufragar y con muchas ganas de darle un giro a todo esto.
Y yo espero que encuentres eso que tanto te empeñas en buscar,que aún no he entendido qué es y que te haga feliz. Que seas tan feliz como yo lo fui mientras creí que entre tu y yo todo se podía si yo le ponía muchas ganas.
Que me has tenido enfrente todo este tiempo, con mis luces, con mis sombras, con mi Sol y con mi Luna, me has tenido enfrente siempre todo este tiempo, con mis sonrisas, con mis cabezonerías, con mis dramas, con mi impaciencia, con mi cariño, con mis ilusiones, con mis ganas de vivirlo todo contigo…pero nunca me viste. Supongo que andabas buscando algo parecido en Tinder, lástima que nunca vieras que lo tenías justo enfrente. Siempre paciente, por si algún día reparabas en ella.
Pero todo tiene un límite, y por mucho que me quiera quedar, sé que no debo. Que esta era la señal que yo estaba esperando para volver a andar. Y no, no era la señal que esperaba. Nada ha salido como me hubiera gustado, pero para todo hay un límite, y es este.
Que quizás no he ganado esta guerra, pero al menos tengo el coraje.

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