Pido perdón por esta entrada de antemano... Pero es mi blog. "Escribir me permite soportar ciertas cosas". Voy a transcribir una conversación que tuve ayer con mi amiga Clara. Omitiré cualquier tipo de opinión y comentarios más allá de lo que pasó.
- Bueno, me vas a enseñar ya al ingeniero. Que no me has pasado una foto porque no me iba a gustar, venga Patri, no te hagas de rogar.
Busqué su Instagram, no quería enseñárselo porque Clara ve más allá de lo que yo expreso.
- Es más guapo en persona - dije pasándole mi móvil.
- ¡Joder! Vaya clon del motero. Una puta fotocopia de Samu - dice ampliando las fotos - Es guapo.
Seguimos andando dirección a la Plaza Mayor de Madrid. Me mira, y parece que va a decir algo. Se calla, pero me vuelve a mirar.
- ¡Por Dios, Clara! ¿Qué? - no puedo con la incertidumbre.
- Es como Samu.
- No, no lo es. Aunque podría ser millonaria si me hubieran dado un euro por cada vez que me lo han dicho... Estaría viviendo en La Moraleja.
- Patri... ¿estás con él porque se parece al motero? ¿Por qué es lo único que te queda de Samu? ¿Estás viviendo en el pasado? ¡No me jodas, eh!
- No... - contesté.
- ¿No? Pues me parece que sí - suspira - Patri, no lo has superado.
- Sí, Clara, sí. Es pasado - contesto girándome ante el sonido de una moto.
- Ya lo veo, sí - se me queda mirando - Te alteras al ver motos. Te he estado observando. Estás inquieta mirando por cada esquina. Te asusta encontrártele.
- No me lo voy a encontrar.
- Mejor. ¿Estás enamorada? ¿Aún?
- No...
- ¿Tengo que venir yo haciendo 600 kilómetros para abrir esa máquina hermética que tienes por corazón?
- No... Tía, estoy bien.
- Estás cojonuda. Yo pensaba que lo llevabas muy bien. Te vi subir fotos con ese Dani, que nunca has subido fotos con nadie, ni con el Bollo, y pensé, oh dios, vuelve a ser ella. Su versión mejorada. Y te encuentro aquí, así... Aún llorando por el motero.
- Que no...
- Que sí... ¿Estás enamorada de Samu?
- Daría lo que fuera por volver al viaje de Lisboa, o al cumple de Belén, renunciaría a mi trabajo por volver a esos meses, Clara. Le echo de menos, pues claro. Pero, estoy intentando conocer a gente nueva, estoy con este chico no porque se parezca a Samu, estoy porque me parece buena persona e interesante...
- ¿Buena persona? ¿Interesante?... Vale, Patri. En serio, ¿renunciarías a tu trabajo por un día con él? Por una persona que no ha querido saber nada más de ti. Después de como lo has pasado este verano, después de todo. No te entiendo, Patri. Es un hijo de la gran puta. Y sigues enamorada de él, ¡no lo entiendo!
- Me enamoré un día 10 de enero... Ahora lo sé.
- Pues para ti lo llevas... Porque no va a volver. Y no me gustaría que lo hiciera. Creo que lo que mejor ha hecho, es desaparecer - miró a su alrededor - Y tú deberías organizar tus sentimientos, porque ahora mismo te estás haciendo un Samu en toda regla. Y vas a hacer daño, tanto o más, como hacía él, porque encima tú te estás involucrando mucho... Te estás esforzando mucho. Y vas a volver a salir mal parada.
- Este chico es distinto. No es él.
- Pero tiene su cara.
- No sé. Encima no puedo escribir nada en el blog, porque se me vuelve en contra.
- Es un arma de doble filo.
- Yo necesito escribirlo, reorganizar ideas... Hablar de mis pesadillas con el motero, que aún siguen... Donde siempre es lo mismo, la última, en el apartamento de Lisboa, voy a abrazarle, a tocarle, y se va... Tía, siempre se va.
- Es lo que hizo, se fue siendo un cobarde. Le tenía que haber quemado la moto el Bollo. Solo se merece cosas malas, pero ya no te incumbe. No te incumbe, ¿queda claro? - se sienta en las escaleras del restaurante - ¿Y con el Bollo? ¿Has terminado la historia?
- La terminó él... Pero hemos vuelto a lo que éramos. Somos expertos en darnos tiempos y volver. Éste no me abandona nunca.
- Ni tú a él.
- No... Es mi superman.
- Que dejado está. Con lo bueno que estaba.
- ¡Es mi bollo! Le quiero, Clara, lo que no está escrito...
- Y él a ti. No sé cómo es que no salís adelante.
- Somos unos cobardes. Los dos. Hemos optado por el camino fácil, por el que vamos desde hace tantos años.
- Una pena...
- ¿Y Dani? Yo me lo tiraba.
- ¡Clara! Estoy con el ingeniero... Vamos a darnos tiempo, estoy conociéndole. De uno en uno.
- A mi me gusta Dani.
- Y a mi me gustas tú. Vamos a comer, anda.
Patri Izquierdo Díaz