Mi querido Superman...
Te he robado el sitio el domingo de madrugada, lo siento. Me he llevado al ingeniero de excursión nocturna y bueno, de repente me han venido muchos recuerdos. No debí elegir ese sitio, bueno, me hizo gracia acabar allí... Y más como terminó la noche...
Antes de que acabe el año, quiero darte las gracias por haber entrado en mi vida hace tantísimos años y haberte quedado, en las buenas en las malas, en las regulares. Te quiero, y te querré hasta el día que me muera. Tenemos historia, eso lo saben todos, pero sin escribir aún. Nos quedan muchas oportunidades, o no. ¿Quién sabe? ¿Quién escribe el futuro? Yo no. Yo solo te escribo a ti cada día, porque hecho de menos correr a tu lado, vivir al límite... Echo de menos la vida que me dabas. Siempre me quedo con ganas de más, de seguir escribiendo más capítulos de esta historia sin final.
Voy a estar aquí pase lo que pase, a tu lado. Me quedo. Siempre, hasta el final, porque eres más que mi amigo, más que mi familia, eres más... No sabría definirlo ni con todas las palabras del diccionario. Es algo nuestro, que solo entendemos los dos. Que solo sentimos al estar juntos, que solo expresamos al mirarnos.
Quiero agradecerte lo de ayer por la noche. Una noche más. Gracias por cuidarme como nadie ha sabido, por mimarme, por ser barco en medio de la marea, por ser pañuelo para mis lágrimas, por ser la causa de mis risas, por invitarme a la locura y contribuir a ella. Por ser mi manicomio. Porque pase lo que pase, no cambie esto tan bonito que tenemos, tan extremo, tan maravilloso. Por un año más a tu lado. Te quiero infinito, bollo.
Patri Izquierdo Díaz
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