Siempre hablan mal de la rutina, pero a mí me encanta la nuestra.
Despertar y poder tenerte como primera imagen al abrir los ojos todos los días.
Elegir series para ver y que yo me duerma en la mitad de cada capítulo y tú te enfades.
Engordar el corazón cada que nos vemos.
Los piques en los que yo soy más callado y tú, más temperamental.
Que no te cueste pedir perdón y a mí un poco más.
Que no nos guste nunca lo normal.
Nosotros tampoco lo somos.
Seamos rutina para siempre.
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