sábado, 21 de diciembre de 2019

Me pido perdón

Han sido unos meses muy duros de trabajo sobre todo. Empezar a las 7 de la mañana y terminar a las 8.30 de la tarde me ha consumido un poco. No he tenido tiempo para ver a nadie como me gustaría. Mi único contacto con mucha gente se ha reducido a las redes, cosa que odio. 

Cómo han cambiado las cosas desde el verano. Ya no hay sitio para los Pof, ni Badoo, ni nada de nada. Ahora solo hay sitio para trabajar, para mí, para realizar todo lo que no podía hacer porque no estaba en condiciones conmigo misma. Me he pedido perdón por fallarme, por no ser yo misma, por haberme abandonado a mi suerte... Por haber perdido la cabeza y haber llorado tanto por alguien que ni siquiera se interesa por como estoy a día de hoy.

He decidido bajar el ritmo en los próximo meses. Nada de quedar con varios tíos en un día, ni de trabajar tantas largas horas, de invertir ese tiempo en mi gimnasio, en mi, en mi ropa, tiendas, volver a retomar algo que me encanta y es escribir novelas, en volver a devorar libros y libros.

Tengo el mejor trabajo del mundo, y lo ejerzo, hay personas que no pueden decir lo mismo. Tengo suerte en las amigas que tengo, tengo suerte en muchas cosas que parecen mundanas y que damos por hecho que nos las merecemos. Todo puede acabar en un abrir y cerrar de ojos.

Esta reflexión viene de hace unos días cuando mi cuerpo ha dicho "basta", necesitas descansar hasta de ti. Y ayer, cuando veníamos de fiesta a las 6.30, íbamos justo hablando de esto, necesitaba descansar, no estaba al cien por cien, no quería ni correr, cuando la velocidad a mí me da la vida, cuando un coche nos llevó por delante. Frené a tiempo, tiré los nervios por la ventana y me hice con la situación, pero llevo todo el día pensando en lo que podría haber pasado, y no solo a mí, que es lo de menos, quien lleva un coche sabe a lo que se expone, sino por las personas que llevas dentro: a tu lado y atrás. Ay, Sonia, no ganamos para disgustos. 

Llevo todo el día llorando, sacando el susto que se ha quedado en el cuerpo aún. Me he duchado, he intentado dormir por el placer de dormir y no pensar, ese audi solo me viene a la cabeza, y las chicas de dentro del coche. Llegar a casa y que te digan que todo lo malo que te pasa, te lo mereces, tampoco ayuda. Para una vez que iba cumpliendo todas las normas, con mil ojos, con precaución porque sabia que no estaba al cien por cien, suceden cosas como estas.

Estas fechas son para cerrar etapas, para replantearse cambios, para solucionar aquello de lo que apartamos la vista y guardamos en un cajón, porque no somos aún lo suficiente valientes como para enfrentarnos a ello. Así que escribe ese mensaje, sube esa foto, haz ese viaje, sal, conoce gente y déjate la coraza en casa, disfruta y vive cada segundo... Ayer comprobé que el tiempo es tan delicado que en un abrir y cerrar de ojos, se puede escapar entre las manos.

Patri Izquierdo Díaz


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