A veces lo único que necesitas es que te demuestren, y que se dejen de tantas palabras. Que te abracen fuerte, bonito, y sin romperte. Que te hagan sentir bien y mejor. Que te llenen el alma con el más mínimo detalle y que consigan hacerte reír ese día que no te apetece nada de nada. A veces lo único que necesitas es que alguien te agarre la mano y, sea como sea, le dé la vuelta a ese día en el que las cosas no van tan bien.
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