"Recomendable respirar hondo y mirar las estrellas. Las de arriba"
Se mira al espejo y, por momentos, ya no se reconoce. Aquellas sonrisas que salían solas ahora deben estar jugando al escondite en nivel experto. Aquellas mariposas han dejado de volar. Aquel amor que era silencio se ha convertido en gritos. Ya ni siquiera son de discusión, ya solo salen de dolor. Y cada vez más bajito y que no se enteren los vecinos. Sabe que entonces sería aún peor.
Aquellos detalles se convirtieron en moratones. "Otra manera de ver las estrellas", piensa al abrir de nuevo la puerta del baño.
Se acabaron los cinco minutos en los que todavía se sentía libre. Sabe que fuera espera de nuevo el infierno.
Con suerte mira al cielo un rato más, si esta vez hubo alguna copa de más en el bar.
Ojalá hoy no sea para tanto. Mira ya con lo que se conforma.
Quiere escapar, pero no sabe qué hacer. A dónde huir. No vaya a ser esta noche la última.
Tiene miedo de contarlo. La vergüenza y la humillación son otro golpe.
Ya no se corre el rímel en cada lágrima. No le dejan usarlo.
Se apaga la luz. Un poco de luz aparece.
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