Hoy necesito un respiro. Un respiro de esos que solo consigue darme el mar. Desde la arena o las rocas. Desde lo alto de la ciudad.
Respirar el olor a salitre. Pasear y esperar a que la luna aparezca para contármela al oído cuál es el camino correcto. Tomar decisiones y mojarme como hacen los pies descalzos en la orilla.
Se ven barcas al fondo. Tienen nombres de princesa. Y aún parece como si se oyeran las últimas voces de la noche en la ciudad.
Escuchar la canción perfecta de las olas hace que no haga frío, no sabía que esta droga enganchara tanto.
Las olas avisan que habrá tormenta desatada.
Y volverá a apretar el calor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.