lunes, 7 de octubre de 2019

Carta para el motero, digo, para Samu

He apagado el móvil durante lo que te escribo esta carta, no quiero que nadie me moleste ahora mismo, porque voy a ser muy sincera contigo. Esta carta lo más seguro es que no te llegue, porque, ya te he visto muy ilusionado en una foto con otra persona y no creo que te importe mucho mi blog, pero esta carta la necesito yo más que tú, y vas a entender por qué.

Desde julio, te he estado esperando cada día, a que te arrepintieras de marcharte, he estado esperando un mensaje de qué tal te va, tanto por mi situación personal como por mí. Supongo que pensé que te importaba un poquito más, porque tú para mí te convertiste en mis 24 horas del día. Mi cabeza siempre pensó que controlaba mis sentimientos a las mil maravillas... Que tú te fueras con Ari, la Chochi, la de Alcalá o quién fuese... a mi nunca me ha importado, o eso decía mi cabeza. El no entenderte, creo que absolutamente nada, es lo que me enganchó a ti. Lo que me sigue teniendo enganchada, porque yo, necesito una conversación, esa que hablamos que ocurriría después del verano, y que ni tú me has propuesto ni yo. No es que no quiera quedar contigo, es que te quiero demasiado para volver a verte una última vez, porque sé que sería eso... Una última vez. 

No saber de ti me mata cada día, ¿y sabes lo que hago? Hablo con otros. Y no me importan nada. Ninguno de ellos eres tú. Estoy llenando esos vacíos que me has dejado con cosas que nunca he querido hacer, ¡ni siquiera me gusta hacer! ¿Tirarme a chicos que apenas conozco? Sabes que no soy así, pero sigo buscando algo como lo que teníamos, que no le puedo poner nombre, porque no lo sé ni yo. Las noches son las peores, son las que más te echo de menos. Y daría todo lo que tengo por volver al pasado y estar contigo.

He querido reflejar siempre en mi blog que estaba de maravilla, todo superado, ¿yo, WonderWoman? Y seguro que tú me has creído. Todas me han visto llorar por ti, todos mis estados en Instagram son por ti... Todo en mi vida, ahora mismo, es por ti. Aún teniendo problemas (y lo sabes) más importantes.

Hemos pasado momentos muy malos, tú y yo. Tu padre, tu abuela, Hada (porque con ella empezó todo, contándonos nuestras penas... No sé si te acordarás, pero así fue), y no me arrepiento haber estado cuando me has necesitado. Lo volvería a hacer, sin duda, aun sabiendo este final. Pero tú, en cambio, me fallaste. Y aún así, te echo de menos, y como te he dicho, daría todo lo que tengo por volver a vivir un Lisboa contigo. 

Hoy he estado con Belén, necesitaba llorar con ella, curar mi ansiedad, necesitaba a mi amiga. Y me ha dicho que me permita estar mal, pensar en ti y llorarte. A veces, viene bien, porque lo que he hecho durante todo este tiempo, es taparte con unos y con otros, no pensar en ti, abandonar a Beret. Salir y entrar. Pero, ella tiene razón, hay que tocar fondo para tomar impulso y salir a la superficie. Te echo muchísimo de menos, y no sé por qué, porque todos insisten en que no eras bueno para mí, en que yo te quedaba grande, en que no supiste estar a la altura, en tal y pascual, pero me da igual, sabes que siempre me ha dado todo igual. Y aposté por ti, cuando estabas en la parra y cuando no. 

Nos queda una conversación, pero, yo no te la voy a proponer aunque me esté muriendo por verte una vez más, y tú a mí tampoco, porque dentro de poco, si no lo has hecho ya... Verás que te va a costar dar conmigo. Lo siento, te deseo lo mejor, de verdad, pero no quiero ver como eres feliz con otra, eso me lo quiero ahorrar. Así que, seguiré curándome de ti, no sé cuánto dura esto, pero he tomado otro camino... ir al gimnasio... sola, ir de viaje, disfrutar de mi gente, e intentar olvidarte y no buscarte sustituto porque no lo tienes... Ni intentar encontrarte en los que conozco, somos únicos, con nuestros defectos y nuestras virtudes. 

Samu, esto es lo que siento. No quiero esperarte más, aunque mi corazón me diga otra cosa. No quiero seguir llorando por ti por las esquinas, ¿cuánto se tarda en curar esto? Y tampoco quiero utilizar a nadie de parche, porque hacemos daño, es lo que tantas y tantas veces te he criticado a ti. Y no quiero ser como tú, no soy como tú. Voy a estar sola durante un tiempo, te voy a echar de menos, te voy a llorar, te buscaré por las calles de Leganés, y espero, deseo, ojalá que el tiempo lo cure todo. 

Por último, cuida mucho de los tuyos, en especial de Adri, le tengo mucho cariño, es mejor persona que tú, siempre te lo diré y nos da mil vueltas a los dos. Sabes del cariño que le tengo y es un chico genial, al que no he hablado ni le he preguntado nada por si pensabas algo extraño de mí, como... si buscara sacar información de ti o algo, de verdad que si lo hago algún día, es por él. Es porque ese chico es un encanto y tienes mucha suerte de tenerle tú a él. Es un ejemplo de muchacho. Te deseo lo mejor porque no te puedo desear otra cosa, ojalá fuera como mis amigas o mis Alejandros y deseara que se te quemara la moto con ella y contigo montados, pero... no soy así. Sé feliz como puedas, y como sepas. Siento que esto haya acabado así.

Te quiero, furbi.

Patri Izquierdo Díaz


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