miércoles, 2 de octubre de 2019

¡Felicidades, abuelo!

Otro 2 de octubre, intentando hacerte llegar mi felicitación. Ya son muchos años sin ti, sin tus abrazos, sin tus besos, sin tus palabras, sin decirme lo orgulloso que estabas de mí, sin regalarme el mundo entero y la luna, sin mediar entre mamá y yo, haciendo que yo me saliera con la mía.

Abuelo, se me ha olvidado tu voz. Y entonces, no había móviles para hacerte mil fotos y cientos de vídeos. Ese es un motivo por el que amo la fotografía, porque la memoria no abarca siempre todo, la memoria olvida, hace limpieza y se lleva momentos que parecían inolvidables. Sin embargo te deja otros como aquel 8 de febrero en el parque de Los Pinos de Leganés. Cuando vi a papá vestido de traje... Y vino a darme la peor noticia de todas. Solo he vuelto allí una vez más y no hace mucho. Porque sigo viendo a papá decirme que no te volvería a ver, ni a abrazar.

¡Qué duros son estos dos días! El 2 de octubre y el 8 de febrero. No sé si cualquier tiempo pasado es mejor. Pero contigo todo lo era. No hay día que no piense en ti. Eras el gran hombre de mi vida. Mi pies en la tierra, mi nube en el cielo. Mi único abuelo, mi segundo padre, mi todo. No quería llorar, pero... No puedo evitar echarte de menos y más estos meses... en los cuáles no hago más que preguntarte por qué a mi, por qué a mi me pasan tantas cosas, por qué desde que me dejaste el mundo se volvió más gris. ¿Tan mala persona soy para que se vayan de mi lado? No soy creyente, ya lo sabes, pero sé que estás conmigo, a veces lo dudo, porque no dejarías que muchas cosas de las que me suceden, pasaran. Pero me consuela saber que eres mi ángel de la guarda, que siempre tendré un trocito de ti en mi memoria y en mi corazón. Hablar contigo me alivia, me consuela, ¿y sabes qué? Nadie muere si se le recuerda. Y yo a ti te tengo siempre presente, sea el día que sea.

¡Soy profe abuelo! Lo conseguí. Conseguí un sueño. Conduzco como una loca, igual que cuando era pequeña y nada más que jugaba con coches y motos. Hasta me regalaste una moto de verdad (para niños), lo mío no eran las cocinitas. He conseguido tantas cosas en la vida, tantas metas que me propuse y que con esfuerzo, mucho esfuerzo he conseguido, que espero que te sientas tan orgulloso de mí, como de la niña que criaste. Espero no haberte decepcionado, espero estar a la altura de lo que tú querías para mi. En el amor no tengo suerte. No me quieren. No me quieren bien. ¿Qué le voy a hacer? No habrá llegado el adecuado, típica frase de consuelo. Pero ya has visto que me he enamorado, y que me han destrozado dos veces en un año. Pero aquí estoy, subida en la barca que me llevará dios sabe dónde. Guíame como si estuvieras aquí a mi lado, no dejes que me pierda, abuelo. No dejes que el daño y el dolor me conviertan en alguien que no soy y que haga daño a los que me rodean. 

No dejes de cuidar de mí, porque sigo siendo aquella niña, solo con unos cuantos años más, pero la misma que te adoraba y te quería. 

Feliz cumpleaños, abuelo.

Patri Izquierdo Díaz


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